Este forma parte de una serie de informes relacionados con los problemas que enfrenta el corregimiento de Minca, entre ellos en las áreas de salud y turismo.
Redacción de EL INFORMADOR
Minca por fin tiene ambulancia. Beneficiará a sus mil habitantes y a unas 1500 personas de 20 veredas cercanas, de acuerdo a las cifras dadas en el discurso de entrega del vehículo.
La situación era dramática. Hasta hace poco menos de un mes la gente del pueblo o sus visitantes no podían enfermarse o accidentarse, porque el puesto de salud no tenía, desde hace unos 4 años, cómo transportarlos a un hospital adecuado.
Esa carencia acabó con la vida de varias personas, entre ellas Nicolás Lang, un joven Argentino que murió cinco horas después de un accidente. Su traslado a Santa Marta tardó demasiado.
Este esfuerzo, sin embargo, resulta insuficiente para atender tan alto número de personas. Además, el puesto de salud de Minca, de primer nivel de atención, encargado de prestar primeros auxilios, está en pésimas condiciones.
Coloreado con pintura descarcarada y techos y paredes agrietados e impregnados de humedad. Sus cuartos de atención carecen de los más mínimos insumos y la edificación parece desmoronarse. Es inadecuado el manejo de desechos orgánicos e inorgánicos que permanecen en un patio interior al aire libre y es evidente el abandono hasta la insalubridad de un segundo piso que amenaza ruina, donde se descomponen excrementos de murciélagos y ratas.
Y por si fuera poco, a pesar de contar con un médico y una enfermera las 24 horas, no tiene laboratorio y sus pacientes deben transportar, por su cuenta, las muestras a Santa Marta.
La Empresa Social del Estado (ESE) que lo administra toma su nombre del cirujano francés Alejandro Próspero Reverend, quien murió en Santa Marta en 1881y fue el médico de cabecera de Simón Bolívar. Como todos los entes de su tipo, es integrante del “cuarto mejor sistema de salud del mundo”, según la revista International Living. Como tal, debería prestar sus servicios en forma eficiente y adecuada; satisfacer los requerimientos de salud del entorno y entre otras muchas obligaciones, realizar el mantenimiento de la planta física y la dotación de los centros donde presta servicios de salud, en los términos del Decreto No. 1876/94.
La realidad
Por alguna razón, no lo cumple. Fotos del puesto de salud, tomadas entre noviembre y diciembre de 2016, contradicen la imagen que presenta la ESE Alejandro Próspero Révérend en su sitio web, como una organización que cuenta con una infraestructura acorde con los lineamientos establecidos por la ley, con tecnología biomédica adecuada al perfil epidemiológico de la región y que genera bienestar a la población vulnerable del Distrito de Santa Marta.
¿Por qué no cumple con los objetivos fijados por la ley? ¿Tendrá alguna estrategia para el futuro? La ciudadanía exige una respuesta.
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