“Sobre la Ciénaga Grande todo el mundo habla, pero poca gente hace”: Eduardo Díaz Granados

Eduardo Díaz Granados Abadía.

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Tras dos períodos en la Cámara, el exrepresentante del Magdalena decidió tomar una pausa para dedicarse a su familia y atender sus empresas, receso en el que no ha dejado de proponer y opinar sobre los temas que, considera, urge resolver en la ciudad y el departamento.

Por: Daniela A. García Gómez
Redacción EL INFORMADOR
Fotos: Orlando Marchena

Tras ocho años en el Congreso de la República, representando al Magdalena en la Cámara, Eduardo Díaz Granados Abadía asegura que prefirió no optar por un tercer período legislativo por tres razones: para no atornillarse en el cargo, para dedicarse a su familia y para atender sus empresas.

Aunque desde mediados de año no ocupa cargo público alguno, afirma que no ha dejado de preocuparse, proponer y opinar acerca de los temas que considera urgentes de resolver y que competen a todos los sectores de Santa Marta y el Magdalena.

Entre las necesidades prioritarias menciona la solución al problema del agua en la ciudad y el impulso del sector agropecuario del departamento.

En su carrera parlamentaria impulsó diferentes iniciativas, algunas de ellas en el área ambiental, tema del cual se enamoró desde 2003, cuando entró a hacer parte del consejo directivo de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag.

Desde entonces inició una lucha por la recuperación de la Ciénaga Grande, que mantuvo durante su paso por el Congreso. “De la Ciénaga todo el mundo habla, pero poca gente hace”, asegura.

Eduardo Díaz Granados Abadía nació fortuitamente en Bogotá, pero a los 15 días sus padres lo trajeron a Santa Marta. Es en el Magdalena donde ha hecho su vida y su carrera empresarial y política.

Estudió la primaria y el bachillerato en el colegio San Luis Beltrán. Posteriormente se graduó de abogado en la Universidad de La Sabana, en Bogotá.

Asegura que la mayor parte de su vida ha estado vinculado a los negocios familiares, relacionados principalmente con el  sector agrícola.

Su carrera política inició en el año 1994, cuando lanzó su candidatura al Concejo de Santa Marta. “En ese momento me acosté como concejal y amanecí ahogado”, cuenta entre risas a EL INFORMADOR, desde su oficina, ubicada en la parte alta de un edificio en el Centro Histórico.

EL INFORMADOR (EI): ¿Si la mayor parte del tiempo se ha dedicado a los negocios familiares, por qué en algún momento

 decidió optar por la política?

Eduardo Díaz Granados (EDG): “Siempre he tenido esa vocación  de ayudar, de opinar, de participar, de empujar iniciativas, de poder aportar un grano de arena a soluciones o generar discusiones, de poder influenciar para que nuestra región salga adelante. En 2010 se dio la oportunidad de ser elegido representante a la Cámara con el Partido de la U, decidí acogerla y fueron ocho años bien interesantes, en los que aprendí a conocer al país y al sector público de otra manera”.

EI: ¿Cuál cree que fue su aporte durante esos ocho años?

EDG: “El Magdalena venía de una época muy cruda, por todo lo que significó el paramilitarismo y la parapolítica; eso le hizo mucho daño al departamento, mucha gente se vio afectada, entre ella la clase parlamentaria. La obligación para quienes llegábamos al Congreso era poder sacar la cara, representar bien al departamento y poder hacer una gestión que permitiera que el Gobierno nacional volcara sus ojos hacia esta región. Con esa responsabilidad, con esa convicción de representar bien al Magdalena, llegué al Congreso y creo que los resultados hablan por sí solos. El reconocimiento y la gestión que hicimos quedó planteada y plasmada en varias actuaciones desde diferentes frentes”.

“En este ejercicio de la política, los enemigos nunca faltan, siempre hay alguien que quiere hacer daño”, Eduardo Díaz Granados, excongresista.

EI: A usted también lo vincularon a la

parapolítica…

EDG: “En este ejercicio de la política, los enemigos nunca faltan, siempre hay alguien que quiere hacer daño. Yo no tuve nada que ver en eso, ni siquiera estaba en la política en ese momento, ya ese es argumento suficiente para no tener relación con ese tema”.

EI: ¿Qué iniciativa considera que fue su bandera?

EDG: “Fueron varias las gestiones realizadas, pero hay unas que me marcaron positivamente. Cuando yo llegué al Congreso de la República, el cargue de carbón en las playas de Santa Marta y Ciénaga se hacía mediante barcazas, por lo que la contaminación de nuestras bahías generaba una preocupación generalizada por el deterioro del entorno marino. Durante el primer período del presidente Juan Manuel Santos yo me puse la tarea de obligar a las empresas exportadoras de carbón a invertir en los sistemas de cargue directo, que era un tema que se venía discutiendo desde hace muchos años, pero que las empresas lograban dilatar. Lo que logramos fue incluir en el plan de desarrollo del primer gobierno de Santos, un artículo que obligó a las empresas exportadoras de carbón a estar listas para el cargue directo el 1 de enero de 2013. Hoy vemos la manera como se está exportando el carbón en los puertos de Santa Marta y de Ciénaga, gracias a ese artículo, que además aplica para todo el país. Ese tema para mi es fundamental”.

EI: ¿Y el tema de la Ciénaga Grande?

EDG: “Ese es otro tema del que se viene hablando mucho y que para mí es importante. Yo fui miembro del consejo directivo de Corpamag durante siete años, delegado por el presidente Álvaro Uribe, eso me permitió conocer mucho del tema ambiental y de la Ciénaga Grande. Sobre la Ciénaga Grande todo el mundo habla, pero poca gente hace; mucha gente critica, pero nadie aporta ni resuelve. En el año 2006 se logró una sobretasa a los peajes de la carretera Ciénaga-Barranquilla que no buscaba nada distinto a garantizar unos recursos que permitieran hacer dragados permanentes para el retiro de los sedimentos que actualmente entran del rio Magdalena, que es lo que tapona los caños, un problema generado principalmente por la construcción  de la carretera”.

“En algún momento la GTZ alemana –Cooperación Técnica Alemana-, en un gran acuerdo que se hizo alrededor de la Ciénaga Grande, invirtió 10 millones de dólares, eso dio unos resultados, pero fue una plata que llegó hasta ahí. ¿Entonces cómo se garantizaba seguir haciendo los dragados y mantenimientos? Con una sobretasa. Pero esa sobretasa, que la sacó adelante Sergio Díaz Granados cuando fue congresista, llegó un momento en que resultó insuficiente para lo que se requería hacer. En mi período como congresista logramos ampliar la base del recaudo para poder recoger mucha más plata, que permitiera que los mantenimientos tuvieran más capacidad de atacar lo que está dañando la ciénaga, sin embargo, eso todavía no es suficiente, hace falta lo que yo he denominado ‘la gran deuda’ que tiene la Nación con nuestra Ciénaga Grande, que es reponer con recursos el daño que generó con la construcción irresponsable de la carretera por la forma como la hicieron”.

EI: Ahora urge una doble calzada…

EDG: “La mía es una de las voces que se ha alzado frente a la construcción de la doble calzada Ciénaga – Barranquilla, he dicho que la carretera que se vaya  a construir ahí tiene que tener un viaducto, tal y como lo hicieron en Cartagena, para evitar que se comenta el mismo error que se cometió hace 50 años con la carretera actual”.

EI: ¿Todas las iniciativas apuntaron a

 temas ambientales?

EDG: “Además de las iniciativas ambientales aprobamos y acompañamos toda la política social del Gobierno de Juan Manuel Santos: Familias en Acción, Jóvenes en Acción, etcétera. Siempre estuvimos pendientes que aterrizaran las políticas públicas en el departamento del Magdalena, llevamos mucha gestión de proyectos en vías, en canchas deportivas, en dragados de caños para otras ciénagas del departamento, coliseos, centros de integración, actuamos en muchos sectores, entre ellos en el tema de Electricaribe, que es el otro gran problema de nuestra región”

“También, desde el momento en que el gobierno departamental tuvo a bien designar a Tomás Díaz Granados como gerente del Hospital Fernando Troconis, hoy Julio Méndez Barreneche, tomamos la decisión de acompañar esa gestión desde las instancias nacionales, con el Ministerio de Salud, por el bien de samarios y magdalenenses. Acompañamos el proceso más importante que se ha hecho en el Magdalena para la recuperación de un centro de salud de importancia mayor como el hospital. Los informes de gestión demuestran disminución de los pasivos, mejoramiento de la infraestructura, ampliación y recuperación de servicios especializados… En medio de la crisis desastrosa cobijada por un manto gigante de corrupción alrededor de la salud en el distrito de Santa Marta, el hospital  muestra cómo se debe hacer una buena gestión y que sí se pueden sacar adelante los servicios de salud; obviamente el compromiso de la gobernadora Rosa Cotes ha sido fundamental. Las UCI que tiene el hospital y la reapertura de Urgencias fue gracias a un compromiso asumido entre todos y creo que los resultados hablan por sí solos”.

EI: ¿Por qué su inclinación hacia temas ambientales?

EDG: “La experiencia de haber estado en el consejo directivo de Corpamag me da la capacidad para poder opinar y tratar de hacer algo, pero también tengo inclinación hacia los temas rurales. El Magdalena tiene un gran potencial agrícola que estamos desaprovechando y sobre eso  hay que trabajar mucho; tenemos problemas de vías, de productividad, de comunicación, de servicios… El tema más importante sobre el cual he venido haciendo algunos planteamientos, con el que terminé mi gestión parlamentaria y sobre el que aún mantengo atención, es el del gran proyecto del distrito de riego multipropósito que denominamos ‘Aguas para la paz’, del cual ya terminamos la primera fase, estamos en la consecución de recursos para la segunda. Es un proyecto que busca resolver el problema de la falta de agua potable a 19 municipios del departamento y habilitar alrededor de 100 mil hectáreas para el desarrollo agropecuario. Estamos a la espera de unas gestiones de cooperación internacional para poder hacer la segunda fase, en compañía de la gobernadora del Magdalena, que ha estado muy pendiente de este tema; ya hay dispuestos por el gobierno departamental nueve mil millones de pesos para esos estudios. Esa es una de mis banderas, una de las gestiones que he venido haciendo de la mano con Findeter”.

EI: ¿Entonces por qué no optó por otro período en la Cámara?

EDG: “Soy de los que piensa que uno no puede atornillarse. Ocho años en la Cámara de Representantes para mí fueron suficientes como congresista, tengo asuntos familiares que atender, tengo una familia joven que amerita mi tiempo, tengo una empresa que está en crecimiento, que tengo que cuidar, que estoy reorganizando y a la cual volví para hacerle frente y poner a caminar nuevos proyectos”.

EI: ¿Se está preparando para optar por algún otro cargo de elección popular?

EDG: “A quienes me han preguntado eso les he dicho que cada día trae sus afanes. Obviamente el año entrante hay un escenario que pinta llamativo, motivador, pero cada decisión  se toma en su momento”.

EI: Su nombre suena para la Gobernación del Magdalena…

EDG: “Favor que me hacen. La política es un tema de momentos y hay que tener calma, pero obviamente todas las opciones hay que mirarlas con detenimiento”.

EI: ¿Se toma para sí los discursos en los que se habla de “las familias tradicionales del Magdalena”?

EDG: “Sería absurdo decir que no formo parte de una familia tradicional de Santa Marta y el Magdalena, el problema es que a esos discursos les meten ingredientes populistas y malintencionados. Nosotros somos de las familias que sí han hecho mucho por Santa Marta y el Magdalena, entonces ese tipo de manifestaciones uno las debe tomar dependiendo de quiénes vengan. A quienes usan el discurso de ‘las familias tradicionales’ se les fueron siete años y los graves problemas de la ciudad no se resolvieron, malgastaron la plata de Santa Marta en cosas que de pronto eran importantes, pero no eran las esenciales, como el tema del agua. Santa Marta sigue ‘patinando’ en la solución definitiva del agua potable, hoy la ciudad tiene un problema que debe resolverse entre todos”.

EI: Se habla de traer agua para Santa

Marta del río Magdalena, de los ríos Toribio y Córdoba, pero ninguna propuesta camina…

EDG: “En primer lugar la solución al problema de la falta de agua en Santa Marta está en que nos pongamos de acuerdo. La solución no es de alguien en particular, ni de un partido, ni de un color, es de todos. Ahí se han equivocado, y tengo que decirlo, quienes tienen siete años hablando ‘carreta’ y no han resuelto el problema, al contrario, se ha agrandado por falta de acción, porque se dejaron perder recursos, porque no hubo comunicación con el Gobierno nacional y pelearon hasta con el BID –Banco Interamericano de Desarrollo-. Hay que dejar a un lado las diferencias, porque este tema afecta a todos los estratos, barrios y sectores”.

“En 2014, cuando se vino este problema, la Alcaldía de Santa Marta decía una cosa, Corpamag decía otra, la Gobernación del Magdalena decía otra, el Gobierno nacional decía otra. Yo senté a todo el mundo en una mesa en la Cámara de Comercio, al entonces alcalde Carlos Caicedo, aunque no le guste reconocerlo, al gobernador del Magdalena, a representantes de Corpamag y del Gobierno, ahí fue cuando cogió forma el estudio de la Universidad de los Andes; ese estudio tiene tres años de haber sido entregado y a este alcalde –Rafael Martínez- se le fueron tres años hablando sobre el tema y planteando unas cosas sin tener el apoyo del Gobierno. Mientras sigamos así no vamos  a resolver los problemas”.

EI: ¿Cómo hacer si el gobierno dice que no hay recursos para traer agua del río Magdalena y Ciénaga se niega a la

captación de los ríos Toribio y Córdoba?

EDG: “Hoy en Ciénaga, teniendo todo el derecho, manifiestan una preocupación y aquí no han tenido la cortesía de llamarlos o ir allá a hablar al respecto. Hay que traer al viceministro del Agua y convocar una reunión con el alcalde de Santa Marta y la alcaldesa de Ciénaga para hablar sobre el proyecto, que además sería una solución a mediano plazo.

El estudio de los Andes tenía tres momentos: la solución inmediata que son los pozos, que en efecto se construyeron; la solución a mediano plazo que eran Toribio y Córdoba, donde va una planta de tratamiento que posteriormente va a recibir el agua que viene del rio Magdalena. No podemos renunciar a lo del río Magdalena, porque los ríos Toribio y Córdoba son una solución a mediano plazo. En 10 años, si no resolvemos lo del rio Magdalena o buscamos otra fuente hídrica con suficiente caudal, vamos a estar en la misma  situación, porque la ciudad está creciendo. Para llegar a ese punto hay que lograr llegar a un acuerdo en ese tema, hacer un gran pacto por Santa Marta, dejando a un lado los egos y los partidos políticos”.

EI: ¿Usted volvería a propiciar esos

acercamientos?

EDG: “Yo vengo diciendo esto desde hace tres años, desde antes de salir del Congreso”.

EI: ¿Usted que está vinculado al sector bananero, qué opina de la situación de inseguridad en la zona Bananera?

EDG: “Hay un hecho que a todos nos ha dolido mucho, que es el secuestro de Melisa Martínez, que no se ha esclarecido  y del que toda la comunidad está pendiente. La semana pasada también hubo un acto de violencia, unos asesinatos, algo muy delicado. Obviamente no se puede comparar con lo que vivió la Zona Bananera en el pasado, las autoridades han tomado cartas en el asunto. Creo que hay que hacer un llamado al Gobierno nacional y hacer acompañamiento a la fuerza pública para que haga su trabajo”.

EI: ¿Cree que las pérdidas que está

causando la pudrición del cogollo en el sector palmero harán que la producción se vuelque hacia el bananero?

EDG: “Se viene dando un incremento de los cultivos de banano a partir de ese problema en el sector palmero, pero la solución no es irse al banano, de hecho, algunas empresas comercializadoras han dicho que los volúmenes están copados. Habrá que buscar otras alternativas distintas al banano, para eso creo que todavía falta mucho camino por recorrer. El Gobierno tiene un papel importante qué jugar. Ojalá el sector palmero encuentre una solución, porque se va a deteriorar un sector muy importante para la economía del departamento, se van a perder fuentes de trabajo y eso sí puede llevar a problemas sociales al interior de los municipios palmeros”.

EI: ¿Cómo sueña a la ciudad y al

departamento?

EDG: “Yo tengo una gran preocupación y es cómo va a ser nuestro desarrollo si no resolvemos el problema del agua. Santa Marta es una ciudad que está viviendo un auge turístico gracias a que Colombia como país se quitó el estigma del conflicto con el acuerdo con las Farc. Santa Marta va a recibir todo ese turismo, pero no hay agua, ¿cómo vamos a hacer para atenderlo?, no podemos seguir con carrotanques supliendo a los hoteles, eso es vergonzoso. Hay que trabajar sobre ese tema”.

“Magdalena tiene una gran vocación agropecuaria que no ha sido utilizada. Nosotros tenemos un afluente que es esa arteria maravillosa del rio Magdalena, pero el agua pasa frente a nosotros y no la estamos aprovechando; el proyecto que yo estoy impulsando busca eso, que aprovechemos esa riqueza hídrica para poder irrigar agua por muchas partes y habilitar mucha tierra para el desarrollo agroindustrial, que permita generar empleo formal, bienestar en las familias, llevar educación, servicios… Sueño con un gran desarrollo agropecuario del Magdalena, en el sur con los cítricos, en el centro con la  ganadería, en el norte con la palma y el banano. Aún hay muchas cosas por hacer, toca trabajar”.

Trayectoria política

Eduardo Agatón Díaz Granados Abadía es abogado de la Universidad de La Sabana de Bogotá; especialista en Gestión de Entidades Territoriales de la Universidad Externado de Colombia.

Se desempeñó en la Secretaría de Hacienda Departamental liderando el proceso de transformación financiera del Magdalena. Puso en marcha el Sistema Integrado de Información Administrativa y Financiera, SIIAF, el primero en su naturaleza implementado en un departamento de Colombia.

Fue director ejecutivo de la Asociación de Bananeros del Magdalena, Asbama.

Desde 2003 estuvo como delegado del presidente Álvaro Uribe en la Corporación Autónoma Regional del Magdalena,  en donde participó en el proyecto de recuperación de la Ciénaga Grande.

En 2005 tuvo a su cargo la Secretaría de Agricultura Departamental, en la que desarrolló proyectos de repoblamiento porcícola, piscícola y bovino en todo el territorio departamental.

El excongresista atendió a EL INFORMADOR en su oficina.
Díaz Granados desde hace 16 años está casado con Paola Matos, con quien tiene tres hijos: Eduardo José, de 12; Juan Manuel, de 10; y Ana Sofía, de 6. Las fotos con su familia adornan una de las repisas de su oficina.
Tras dos períodos en el Congreso, Díaz Granados decidió dedicar un tiempo a su familia y sus empresas.
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