Deterioro de parques en Santa Marta: Falta de cultura ciudadana y de autoridad

El asfalto en el parque Bastidas está sumamente deteriorado. Los cráteres se posan inadvertidos -por las autoridades- en las inmediaciones del sitio.

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En Santa Marta, la situación de los parques públicos se ha convertido en un triste reflejo de la falta de cultura ciudadana y la permisividad de las autoridades locales. Bancas partidas, basura esparcida por doquier y áreas verdes descuidadas son escenas comunes en espacios que deberían ser centros de recreación y esparcimiento para la comunidad.

Las banquetas situadas frente al Palacio Tayrona se están destruyendo ante la permisividad de las autoridades.

Las jardineras del parque Bolívar están convertidas en un depósito de escombros, en vez de cumplir con su función de albergar zonas verdes. 



 En el parque de María Eugenia las basuras a su alrededor constatan la urgencia de tomar medidas urgentes para cambiar este panorama.

En el parque de María Eugenia las basuras a su alrededor constatan la urgencia de tomar medidas urgentes para cambiar este panorama.



Las jardineras del parque Bolívar están convertidas en un depósito de escombros, en vez de cumplir con su función de albergar zonas verdes.
En el parque Manzanares las zonas verdes están descuidadas, reclamando con urgencia una pronta atención.



En la plaza de la Catedral el adoquín se deteriora cada día más, forjando cráteres enormes que le restan belleza al emblemático sitio.
En la plaza de la Catedral el adoquín se deteriora cada día más, forjando cráteres enormes que le restan belleza al emblemático sitio.



Por su parte, el parque Sesquicentenario revela un avanzado quebranto. La plataforma donde se sitúan las atracciones infantiles del lugar está llena de grietas por el paso del tiempo.

Estos lugares, si se mantienen en condiciones óptimas, pueden contribuir al bienestar colectivo y fortalecer el sentido social. 




Las bancas del parque San Miguel también están sufriendo la inclemencia del tiempo y la falta de mantenimiento para su conservación.
Las bancas del parque San Miguel también están sufriendo la inclemencia del tiempo y la falta de mantenimiento para su conservación.



El cuidado de los parques no solo es deber de las autoridades, sino también de cada habitante de la ciudad. 




Las jardineras del parque Bolívar están convertidas en un depósito de escombros, en vez de cumplir con su función de albergar zonas verdes. 







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