El Rodadero en Santa Marta: epicentro de la informalidad y las aguas negras

Si bien es cierto que el popular ‘rebusque’ es una de las salidas que tienen los ciudadanos para combatir el desempleo, no cabe duda que el trabajo informal se ha tomado las calles de El Rodadero, situación que ha afectado la tranquilidad de los habitantes y turistas del sector. 

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Santa Marta se ha convertido en uno de los destinos más codiciados por colombianos y extranjeros.

La magia de sus playas y sectores turísticos hacen de la ‘Perla de América’ un lugar único y fascinante; sin embargo, hay lunares que empañan la belleza de la ciudad. Un ejemplo de ello, es el deterioro que ha presentado el balneario turístico de El Rodadero: la informalidad, la falta de consciencia ciudadana y la permanencia de las aguas negras, han ocasionado la desvalorización de este lugar. 


La venta de alimentos, bebidas, sombreros y demás objetos para  la comercialización son el ‘adorno’ de las calles del balneario turístico. Y aunque muchos turistas se benefician de este tipo de ventas, otros alegan que la informalidad empaña la magia del reconocido lugar. ¿Cree que la informalidad estaría acabando con El Rodadero? 


Personas de la tercera edad, mujeres,  hombres de todas las edades y hasta niños, son los encargados de comercializar los diferentes productos en las calles de El Rodadero.  Y  aunque muchos están carnetizados, otros han llegado al balneario turístico para apoderarse del espacio público: una situación  que afecta la tranquilidad y movilidad de los habitantes de la zona. 

Las ventas informales no solo se ven en las distintas calles que encierran este sector turístico, también se han establecido en el recién inaugurado Camellón de El Rodadero, empañando el trabajo arquitectónico que realizaron las entidades competentes. Ahora, la pregunta que se hacen propios y turistas es: ¿Quién regula la informalidad en El Rodadero de Santa Marta? 


Y es que la informalidad no es la única situación que se presenta en El Rodadero, pues algunos ciudadanos también denuncian la circulación de aguas negras, lo que ha generado malos olores, infecciones y proliferación de insectos en el sector.  Algunos moradores de la zona aseguran que este hecho ha ocasionado la disminución de los turistas en la zona mencionada. 


Como si fuera un hecho épico, así se ve el sector por el Camellón de Las Iguanas: entre las aguas negras, la falta de cultura ciudadana y la ausencia de las autoridades, quienes no regulan el mal comportamiento humano, ni  establecen las estrategias necesarias para minimizar las aguas putrefactas que inundan algunos sectores de El Rodadero.





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