Los charcos que dejan las lluvias y los rebosamientos de alcantarillas en Santa Marta han sido útiles para quienes ven en los problemas una oportunidad de rebusque.
En la avenida del Ferrocarril, diagonal al CAI del Mercado, un joven se las ingenia para ganarse algunas monedas poniendo cuatro canastas que sirven como “puente” para que las personas crucen la calle sin mojarse los zapatos. El ciudadano les ayuda a pasar y va poniendo los canasteros a medida que los usuarios van avanzando.
Situaciones como estas se ven frecuentemente en el Centro Histórico, donde las calles se inundan con cualquier llovizna.
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