El programa busca unir a niños de diferentes regiones e integrarlos a través del deporte.
Su entrenador, Edis Granados, cuenta que Romero no tenía mucho interés en el estudio. "Él está en Intercolegiados desde 2019 y su cambio ha sido muy satisfactorio", dice. Granados también explica que uno de los requisitos para que los estudiantes entren a hacer parte del programa es tener un buen rendimiento académico. "Desde que nosotros le mostramos el programa al niño, él recuperó su motivación en el estudio porque estar en Intercolegiados es algo que le hace bien y llena mucho de ilusión a los niños", agrega Granados. Además, expresa que el programa ayuda a la conducta de los niños porque requiere de disciplina y compromiso.
Romero, actualmente, cursa octavo grado y en sus tiempos libres juega en el río con sus amigos. "Llegar hasta este punto de la competencia me da mucha alegría, mira ya donde vamos, es la primera vez que llego hasta aquí", manifiesta el niño de 14 años con una sonrisa. Y añade que, de no ser por los Juegos Intercolegiados, no conocería otros lugares del país ni tampoco a otras personas.
Precisamente, uno de los objetivos del programa, unir a los niños de diferentes regiones e integrarlos a través del deporte, para que exploten todo su talento y lo pongan a prueba en las canchas.
Además de ser un programa inclusivo que abarca todo lo largo y ancho del territorio nacional, también promueve el juego limpio y el trabajo en equipo para dar oportunidades a los jóvenes que no las tienen.
El pasado miércoles, el equipo de Romero se enfrentó a La Guajira en fútbol sala y le ganó 3 a 1 al equipo local. "Estamos muy felices porque vamos a ir a la piscina a celebrar, y nos vamos para Bogotá a la final el otro año".
