En la cancha La Castellana, Pescaíto le dio el último adiós a uno de sus ‘hijos’, Maximiliano ‘Chimilongo’ Robles Maduro, una leyenda del fútbol samario.
El féretro fue puesto en la mitad de la histórica cancha que lo vio jugar en el pasado, familiares, amigos y personas pertenecientes al gremio futbolístico le dieron la última despedida a Maximiliano. ‘Chimilongo’ fue velado en su vivienda ubicada en el barrio en mención, donde familiares y amigos despidieron al exfutbolista en medio del recogimiento y profundo pesar. Con una bandera del equipo de sus amores, el Unión Magdalena y su camiseta sobre el féretro, el fútbol lo acompañó hasta las últimas instancias.
Entre sus allegados, destacan las cualidades futbolísticas de esta leyenda que ha partido a la casa del Señor.
“’Chimilongo’ era uno de los mejores arqueros de Santa Marta, él no utilizaba guantes, tenía unas manos inmensas. Era grueso, alto, muy corpulento, cuando saltaba e iba a la pelota, los demás jugadores le tenían miedo porque Chimilongo salía con demasiada fuerza”, destaca René Atencio Martínez, allegado al exjugador.
“Para nosotros los pescaiteros se ha ido uno de los más grandes e ilustres de Pescaíto. ‘Chimilongo’ ha sido un símbolo del futbol profesional colombiano”, agregó.
‘Chimi’, como lo llamaban alguno allegados, quien dejó de existir a los 75 años, fue un referente del fútbol colombiano en el que vistió las camisetas del equipo de sus amores, Unión Magdalena, además del Atlético Bucaramanga y Deportes Tolima en los que defendió con pundonor el arco dejando huellas como uno de los porteros que enfundó respeto entre los atacantes de la época.
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