Yolanda Ayala de Diazgranados llegó a Santa Marta enamorada de su esposo a disfrutar junto a él de unas vacaciones, pero se dejó seducir por el clima, el paisaje y la amabilidad de los samarios y se quedó para siempre en esta ciudad, donde hizo realidad sus sueños y ayudó a cumplir el de muchos niños y adolescentes que hoy se destacan por sus valores y aptitudes a nivel local, nacional y mundial.
Esta educadora de origen caleño que por cosas del destino y el amor se radicó en la capital del Magdalena en el año de 1963, ha dedicado su vida a la enseñanza en el Colegio Santiago de Cali de Cajamag, el cual fundó en 1965 y desde entonces lideró el proceso formativo de muchas generaciones, hasta hace poco que tuvo que retirarse por quebrantos de salud.
Con 75 años de edad, Yolanda Ayala de Diazgranados asegura sentirse orgullosa al haber posicionado esta institución educativa en la ciudad y entregarle a la sociedad, miles de líderes emprendedores con ganas y capacidad de servir en cualquier profesión.
Precisamente este año en el marco de las bodas de oro del Santiago de Cali, se graduará la primera promoción del grado 11, lo que completa la satisfacción de esta honorable mujer, quien reconoce que no fue nada fácil constituir el colegio y lograr el crecimiento e imagen que hoy ostenta, sin embargo, ratifica que ha sido la mejor decisión que tomó y que todo sacrificio valió la pena.
"Detrás de la gran acogida y excelentes resultados conseguidos en el colegio, hay una cadena de esfuerzos, trabajo, voluntad y apoyo de los que yo siempre llamé ángeles que Dios puso en mi camino, para permitirme establecer este plantel educativo que muchos samarios e inclusive personas de otras partes de Colombia llevan en sus corazones", expresó.
Amor por la educación
Su misión inicial fue la de crear un pequeño preescolar, donde pudiera esbozar su amor por la educación y trabajar con niños. Para ello contó con el respaldo de su esposo quien dispuso de un lugar y lo adecúo para tal fin. De esa manera arrancó el proceso educativo que siempre tuvo una respuesta positiva en las familias samarias que notaban el carisma, los conocimientos y don de gente de esta caleña.
No tardó mucho en aumentar la demanda de alumnos que pasó rápidamente de 28 a 50 y así siguió en ascenso, hasta obligar a esta maestra a buscar un espacio más grande y habilitar una primaria.
"La motivación era grande ya que tenía el aval del Gobierno para hacer crecer la institución y sentía que ya nada me podía detener en mi anhelo de educar a muchos más niños y niñas", relata Doña Yolanda quien luego de tener el plantel educativo funcionando en arriendo en dos sedes diferentes, se propuso levantar una estructura en la calle 18 con carrera 12, pero dicha tarea tampoco resultó sencilla por el hecho de no tener los recursos suficientes, ni la manera de conseguirlos por medio de préstamos bancarios.
Resultados de la lucha y esfuerzo.Gracias a todo ese sacrificio y trabajo en conjunto, se logró levantar el Colegio Santiago de Cali y celebrar los 25 años en una sede propia, siendo un motivo de júbilo y alegría para toda la comunidad santiaguista y por supuesto de Yolanda Ayala, cuyo papel en favor de la sociedad a través de la educación comenzó a tomar fuerza y ser reconocida por periodistas y el Gobierno Distrital, Departamental y Nacional que la condecoraron en varias oportunidades.
"Estoy muy feliz y agradecida con la vida porque me permitió cumplir mis sueños y el de muchos alumnos que hoy están repartidos en todo el mundo. Puedo decir sin miedo a equivocarme que creamos personas integras y capaces, responsables con una mente llena de conocimiento y el corazón repleto de valores", expresa la fundadora, quien espera este diciembre poder estar presente en la ceremonia de graduación de su primera promoción de bachilleres. "Yo no me olvido de mis alumnos y ellos tampoco se olvidarán de mi porque constituimos una gran familia que perdurará en el tiempo", puntualizó.
La Caja de Compensación Familiar del Magdalena exalta el esfuerzo y años de lucha depositados por Yolanda Ayala Diazgranados para sacar adelante al colegio Santiago de Cali y la coloca como un gran ejemplo de enseñanza, entrega y servicio a la comunidad.
Sin duda muchas generaciones estarán siempre agradecidas con ella por el acompañamiento en sus procesos educativos.