EL EVANGELIO DE HOY 5 DE OCTUBRE DE 2014

Evangelio
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Evangelio según San Lucas 14, 25-33.

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús, y él, dándose vuelta, les dijo: "Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Reflexión: El desprendimiento requerido para seguir a Jesus no es alejamiento total, mucho menos de los padres. Se trata de no anteponer el amor a Jesus, con el amor a la familia. Si no fuera así, el seguimiento seria un seguimiento a medias y no total. El amor a la familia permanece, pero subordinado al de Jesús, mucho mas en el caso en que las exigencias familiares fueran obstáculo al seguimiento. Lo segundo es tomar la cruz. La cruz de que se habla significa las exigencias que cada uno debe imponerse para ser fiel al amor que Jesus nos ha demostrado y eso a imitación de su ejemplo: detrás de Mí. No hay que confundir seguimiento con entusiasmo. Jesús reclama un amor hecho fidelidad a lo largo de los días. La fidelidad se mide en las horas de cansancio o de duda.