Procedente de diversas regiones de Colombia y del extranjero, los descendientes de los primeros miembros del clan Lomanto, Raffaele y Anselmo, asentados en este país desde comienzos del siglo XX, decidieron reunirse en Ciénaga teniendo como escenario de una de sus reuniones el templete de la Plaza del Centenario para integrarse como la gran familia que conforman.