Reentrada confortable tras las fiestas

Hay que comer frutas y verduras, tras el regreso a la actividad cotidiana y no poner platos llenos de comida a nuestra vista. Foto: IMEO

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Las fiestas navideñas duran mucho menos que las vacaciones veraniegas, pero implican un ritmo de actividades más intenso que, en ocasiones, desequilibra las emociones, la dieta y el sueño. Claves para retornar a la rutina con bienestar.

Por: Por Ricardo Segura.
EFE/Reportajes
El retorno a las actividades cotidianas del trabajo, los estudios o las tareas domésticas, puede ser difíciles de encajar tras unas semanas de fiestas ajetreadas, pero también puede ser amigable y saludable, aplicando unos sencillos consejos.
“El desequilibrio generado por la reincorporación a la rutina tras las vacaciones navideñas es diferente del que produce las vacaciones de verano por diversos motivos”, explica a Efe la nutricionista clínica Carmen Escalada, diplomada en nutrición y dietética con postgrado en nutrición deportiva.
“Las vacaciones navideñas suelen ser más cortas por lo que los desequilibrios que causan suele ser más fácilmente reversibles. Pero son más intensas, ya que queremos hacer muchas cosas en muy poco tiempo y, a la vuelta, tenemos más ansiedad por todo lo que nos ha quedado pendiente de hacer”, señala.

 Al volver al trabajo hay que anotar las actividades pendientes y poner un orden de prioridades. Foto: IMEO

Atracones, nerviosismo y trasnochadas
Las Navidades destacan por sus comilonas concentradas en días y momentos concretos, a diferencia de las vacaciones veraniegas, que se caracterizan porque la comida está presente en todo momento, “por lo que el desequilibrio nutricional que provocan uno y otro lapso respectivamente, también son diferentes”, indica Escalada.
Esto hace que, tras las Navidades y los atracones, para recobrar el equilibrio nutricional sea muy importante cuidar el tipo y la cantidad de los alimentos que ingerimos, indica esta nutricionista.
“En Navidad dormimos menos y trasnochamos más, por lo que al volver a la rutina tendremos que tener especial cuidado en dormir las horas suficientes y en un ambiente tranquilo que asegure nuestro descanso”, señala la nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (www.imeoobesidad.com) .
Carmen Escalada traslada a Efe tres recomendaciones para solucionar cada uno de los tres desequilibrios que afrontamos tras las Fiestas navideñas: el nutricional, el emocional y el del sueño:.

 Al volver a las rutinas hay que trazar un orden de prioridades. Foto: IMEO

Nervios en calma
“Al retomar la rutina tras la Navidad tenemos que hacer frente a todas las obligaciones y problemas que dejamos atrás”, advierte Escalada.
“Para que esto no nos pase factura en forma de estrés, ansiedad, irritabilidad o cansancio excesivo, es bueno hacer una lista de las tareas pendientes para los próximos días que nos permita pensar cuánto tiempo nos va a requerir cada una y su urgencia”, sugiere.
“Una vez tengamos lista, podremos organizar las tareas de manera más eficaz y llevarlas a cabo sin agobiarnos”, apunta
Para que la rutina no rompa con nuestro equilibrio emocional, Escalada también recomienda como una práctica positiva: “alternar nuestras obligaciones diarias con otras actividades de ocio que conlleven diversión o relajación”.

Para recuperar el equilibrio nutricional, esta experta aconseja reorganizar "nuestros horarios de comidas para evitar que pasen muchas horas entre tomas. También elegir planes de ocio no ligados a la ingesta de alimentos y elaborar un menú para poder planificar  la compra y no adquirir un exceso de comida”.
 En nuestras compras postnavideñas no pueden faltar frutas y verduras.Foto: IMEO

Dieta reorganizada

En las vacaciones navideñas hay tres factores que alteran nuestro equilibrio nutricional, según Escalada.
1.- Abundan los actos en los que, ya sea con amigos o familiares, todo gira en torno a la comida y bebida.
2.- Las comidas suelen ser bastante contundentes y calóricas, por los alimentos que las constituyen (carnes grasas, salsas, quesos, alcohol…) y por las técnicas culinarias empleadas (fritos, rebozados, hojaldrados).
3.- Durante este periodo tendemos a comer sin escuchar nuestras señales de saciedad, lo que nos lleva a comer más cantidad de la adecuada.

 Hay que evitar, tras las fiestas navideñas, las largas siestas. Foto: IMEO

Para recuperar el equilibrio, esta experta aconseja:
- Reorganizar nuestros horarios de comidas para evitar que pasen muchas horas entre una toma y otra.
- Elegir planes de ocio que no lleven necesariamente ligada la ingesta de alimentos.
- Elaborar un menú para poder planificar mejor la compra de modo que no se adquiera un exceso de comida.
- Incluir en las compras fundamentalmente frutas, verduras, granos integrales, legumbres y proteínas animales magras.
- Fijarnos en el ambiente en que nos alimentamos. “Lo ideal para comer menos y mejor es tomar la comida en una atmósfera tranquila y sin ruidos u olores muy fuertes, procurando además utilizar platos pequeños y no dejar a la vista en la mesa fuentes con comida”.

Para reequilibrar nuestros patrones de sueño al retomar el trabajo, Escalada considera fundamental que,  “al menos 2 o 3 días antes de volver a la rutina, comencemos a adelantar la hora de irnos a dormir y de levantarnos por la mañana y también a reducir las largas siestas de la tarde”.
 Hay que retomar los horarios habituales, poco a poco. Foto: IMEO

Sueño de calidad

“Durante las vacaciones de Navidad dormimos y descansamos menos durante la noche, lo que se traduce en cansancio y somnolencia durante el resto del día”, según Escalada.
Para reequilibrar nuestros patrones de sueño al retomar el trabajo, esta experta considera fundamental: “al menos 2 o 3 días antes de volver a la rutina. Debemos comenzar a adelantar la hora de irnos a dormir por la noche y de levantarnos por la mañana y también a reducir las largas siestas de la tarde”.
“Esto tiene que ir ligado a otros hábitos que mejoran la calidad del sueño tales como:.
- Hacer cenas ligeras.
- No exponernos a pantallas luminosas, ruidos u olores intensos.
- Evitar el consumo de cafeína o azúcar por su efecto estimulante, antes de acostarnos.