El célebre compositor Juancho Polo Valencia, fue uno de los grandes innovadores de la música vallenata.
Sin ninguna duda, las obras de Juan Manuel Polo Cervantes, han dejado un gran legado en vallenato y así mismo en los corazones de los fanáticos del ritmo musical. Él fue un hombre bohemio, de voz nasal, dueño de una particular figura y autor de giros literarios silvestres y enrevesados.
Nació en el corregimiento de Concordia, Cerro de San Antonio, Magdalena, el 18 de septiembre de 1918, y falleció en Fundación, Magdalena, el 22 de julio de 1978. Era hijo de Juan Polo Meriño y María del Rosario Cervantes Berdugo.
Adoptó un nombre de poeta
Fue bautizado como Juan Manuel Polo Cervantes. Sin embargo, cuando tenía 24 años quiso cambiar su segundo apellido al de su de su poeta favorito, Guillermo Valencia.
Como dato curioso, el payanés de quien Juancho tomó el apellido fue candidato presidencial en 1918. Con su nombre acortado y un segundo apellido con el que se identificaba dada su vena artística, el compositor saltó a la fama.
Su maestro de acordeón fue ‘Pacho’ Rada
Como otros tantos artistas de su generación, Juancho Polo Valencia aprendió a tocar el acordeón de la mano de Francisco ‘Pacho’ Rada. El Rey Vitalicio de la música vallenata y creador del ‘Son’ uno de los cuatro aires del folclore vallenato apoyó a Polo en sus primeros años de vida artística.
Este cantautor, acordeonero y creador de un estilo propio que llamó el ‘Polo son’, es considerado por historiadores e investigadores culturales como uno de los grandes pilares del vallenato raizal, ese que nacía en las parrandas y luego se interpretaba de pueblo en pueblo tras largos viajes en bestias.
Su sombrero ocultaba su oreja
La vestimenta de Juancho era característica. Si bien su atuendo era característico en las zonas de campesinos durante su época, se dice que su forma de utilizar el sombrero se debía a un episodio que relató en muchas de sus canciones: una riña en la Semana Santa de 1959. Tras irse de golpes con un cortador de caña que quiso llevarse su acordeón, el músico perdió la mitad de su oreja, defecto que ocultaría con su sombrero de lado.
‘Alicia Adorada’
Su primera esposa, Alicia Cantillo, murió de preclamsia en el momento más inesperado de la vida de Juancho. Ante el dolor, el compositor se enfrentó con música. De allí nace la obra ‘Alicia Adorada’, un canto de dolor donde expresa su tristeza por la muerte de su amada. Cuentan que la primera estrofa la compuso llorando sobre el cadáver de Alicia, quien falleció el Sábado de Gloria de 1939.
“Se murió mi compañera que tristeza/Alicia mi compañera que dolor/ Alicia mi compañera que tristeza/ Alicia mi compañera que dolor/y solamente a Valencia, ay hombre/el guayabo le dejo...” Solo hasta el 8 de diciembre de ese mismo año en el corregimiento de Concepción, cantó por primera vez ese tema con un sentimiento que provocó lágrimas entre la gente.
Otras canciones
También fue conocido y es recordado por canciones como Alicia adorada, Sombrero blanco, El duende, Lucero espiritual, Marleny y Sí, sí, sí.
El día que se apagó su voz
Juancho se inspiraba para componer a través de la bebida. “En sus parrandas a través de los tragos tenía una hoja y un lápiz listo para escribir”, relató su pariente César Meza Cervantes. Había pasado tres días bebiendo ron de caña en Fundación cuando murió en su hamaca, el 22 de julio de 1978. Tenía 60 años.
Sin ninguna duda, las obras de Juan Manuel Polo Cervantes, han dejado un gran legado en vallenato y así mismo en los corazones de los fanáticos del ritmo musical. Él fue un hombre bohemio, de voz nasal, dueño de una particular figura y autor de giros literarios silvestres y enrevesados. Nació en el corregimiento de Concordia, Cerro de San Antonio, Magdalena, el 18 de septiembre de 1918, y falleció en Fundación, Magdalena, el 22 de julio de 1978. Era hijo de Juan Polo Meriño y María del Rosario Cervantes Berdugo.Sus composiciones vallenatas fueron grabadas e interpretadas por importantes cantantes del género vallenato como Diomedes Díaz y Jorge Oñate.
Adoptó un nombre de poeta Fue bautizado como Juan Manuel Polo Cervantes. Sin embargo, cuando tenía 24 años quiso cambiar su segundo apellido al de su de su poeta favorito, Guillermo Valencia.Como dato curioso, el payanés de quien Juancho tomó el apellido fue candidato presidencial en 1918. Con su nombre acortado y un segundo apellido con el que se identificaba dada su vena artística, el compositor saltó a la fama.
Su maestro de acordeón fue ‘Pacho’ Rada Como otros tantos artistas de su generación, Juancho Polo Valencia aprendió a tocar el acordeón de la mano de Francisco ‘Pacho’ Rada. El Rey Vitalicio de la música vallenata y creador del ‘Son’ uno de los cuatro aires del folclore vallenato apoyó a Polo en sus primeros años de vida artística.Este cantautor, acordeonero y creador de un estilo propio que llamó el ‘Polo son’, es considerado por historiadores e investigadores culturales como uno de los grandes pilares del vallenato raizal, ese que nacía en las parrandas y luego se interpretaba de pueblo en pueblo tras largos viajes en bestias.
Su sombrero ocultaba su orejaLa vestimenta de Juancho era característica. Si bien su atuendo era característico en las zonas de campesinos durante su época, se dice que su forma de utilizar el sombrero se debía a un episodio que relató en muchas de sus canciones: una riña en la Semana Santa de 1959. Tras irse de golpes con un cortador de caña que quiso llevarse su acordeón, el músico perdió la mitad de su oreja, defecto que ocultaría con su sombrero de lado.
‘Alicia Adorada’ Su primera esposa, Alicia Cantillo, murió de preclamsia en el momento más inesperado de la vida de Juancho. Ante el dolor, el compositor se enfrentó con música. De allí nace la obra ‘Alicia Adorada’, un canto de dolor donde expresa su tristeza por la muerte de su amada. Cuentan que la primera estrofa la compuso llorando sobre el cadáver de Alicia, quien falleció el Sábado de Gloria de 1939.“Se murió mi compañera que tristeza/Alicia mi compañera que dolor/ Alicia mi compañera que tristeza/ Alicia mi compañera que dolor/y solamente a Valencia, ay hombre/el guayabo le dejo...” Solo hasta el 8 de diciembre de ese mismo año en el corregimiento de Concepción, cantó por primera vez ese tema con un sentimiento que provocó lágrimas entre la gente.
Otras canciones También fue conocido y es recordado por canciones como Alicia adorada, Sombrero blanco, El duende, Lucero espiritual, Marleny y Sí, sí, sí.
El día que se apagó su voz Juancho se inspiraba para componer a través de la bebida. “En sus parrandas a través de los tragos tenía una hoja y un lápiz listo para escribir”, relató su pariente César Meza Cervantes. Había pasado tres días bebiendo ron de caña en Fundación cuando murió en su hamaca, el 22 de julio de 1978. Tenía 60 años.
