Entre fuegos pirotécnicos, caravanas de conductores y eucaristía se celebra la Virgen del Carmen

Procesión a la Virgen del Carmen.

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La devoción a esta advocación de la virgen la expresan los conductores de vehículos de transporte público y privado, taxistas, conductores de camiones o automóviles particulares que suelen llevar pequeñas imágenes o escapularios colgados en sus retrovisores.

Por: Sandra Granados Ramos
Redacción: EL INFORMADOR

Cada 16 de julio se celebra en Colombia y en el mundo la aparición de la Virgen del Carmen, patrona de los conductores que toma su nombre en alusión al Monte Carmelo.

Tradicionalmente se tienen previstos grandes desfiles y celebraciones eucarísticas, donde se encuentran erigidas imágenes de la venerada Virgen del Carmen en varias parroquias de la ciudad.

Para este día la Catedral Basílica de Santa Marta ha programado la celebración de la misa solemne a partir de las 9:00 de la mañana y a las 4:00 de la tarde se llevará a cabo la eucaristía con la respectiva procesión por las calles de la ciudad, llevando a la Virgen del Carmen.

Humberto Rueda es conductor de transporte público en la ciudad y manifiesta que la Virgen del Carmen siempre está presente con ellos, guiándolos para que no les pase nada en las carreteras.

“Hay que rezarle a la virgen y a Dios todos los días para que nos cuide”, expreso Humberto Rueda, conductor de bus de Cootransmag.

Por otro lado menciona que las diferentes cooperativas de buses se estarán reuniendo mañana a las 9:00 de la mañana para realizar en las instalaciones de Cootransmag, frente a la urbanización El Parque para realizar una santa misa.

Además algunos conductores realizaran una caravana llevando la imagen de la virgen a partir de las 2:30 de la tarde, recorriendo la avenida del Libertador y finalizando en el monumento de “El Pibe”.

La promesa de la Virgen

Según la tradición, el 16 de julio de 1251 la Virgen del Carmen se le apareció a san Simón Stock, superior carmelita, al que le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano de la orden. Los anales de la época y la tradición cuentan que ese mismo día la Virgen del Carmen prometió liberar del purgatorio a todas las almas de las personas que vistieran el escapulario durante su vida dirigiéndolas al cielo el sábado siguiente a su muerte. Desde 1587, esta revelación en forma de regalo ha sido respaldada por los Papas.

Aquel 16 de julio de 1251, la tradición cuenta que la Virgen le dijo a san Simón: «El que muera vestido de este escapulario no sufrirá las penas del fuego eterno», y el santo interpretó desde entonces el escapulario como un “obsequio del cielo”.