Murió la más veterana de las ‘Marquesas de Macondo’

Sepelio folclórico de María Marquesa Fontalvo.

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La eterna reina del carnaval siempre decía que el día de su muerte no la lloraran, que colocaran música y bailaran porque ella era alegre rumbera y guapachoza.

Con música de tamboras al mejor estilo de una cumbiamba macondiana por las calles de Aracataca, familiares y amigos bailaban con el féretro en camino al sepelio de  María Marquesa Fontalvo Orozco.

El tambor alegre repicaba en las manos de jóvenes músicos de esta tierra, quienes sin importar el aguacero que acababa de caer en ‘Macondo’, siguieron adelante con todos estos artistas que siempre la conocieron y quienes con clarinete en mano y al son de las palmas de los participantes en dicho cortejo fúnebre, acompañaban la melodía de aquella popular canción que entre versos y pregones dice: “¡Se va se va...se va, se va mamá se va!".

María Marquesa Fontalvo Orozco, nació un 25 de agosto de 1941 en Bellavista Magdalena,  un caluroso y humilde corregimiento del Caribe colombiano, jurisdicción de Fundación en la parte norte de este importante departamento colombiano en donde dió sus primeros pasos.

"Ella era todo un personaje, era una mujer sin igual como muchos de los que hoy habitan en Aracataca: Cuna del Realismo Mágico y de las Mariposas Amarillas", expresó Edgar Pérez Ibáñez, quien fue  un gran amigo de ella y gestor cultural de Aracataca.

Fue conocida por todos en el pueblo y murió el pasado domingo a sus 78 años de edad, evento que inundó de dolor y mucha tristeza, a sus hijos, familiares, amigos y vecinos, con quien convivía y departía  en el barrio Galán de la tierra de ‘Gabo’, donde además, era muy querida y catalogada como una de las abuelas más carismáticas del pueblo.

Reconocimiento social.

Esta humilde y talentosa mujer gozaba de un importante reconocimiento social a tal punto que fue reina de la tercera edad y representó a Aracataca en diferentes eventos, tanto locales como regionales, donde  logró con gran éxito ocupar los mejores puestos por su desenvolvimiento, talento y destreza en el baile a pesar de su avanzada edad.

Tuvo  9 hijos, 35 nietos y 22 bisnietos. Toda una matrona que infundía fortaleza, respeto y admiración, entre todos los que la conocían en Aracataca.