Este día marca el fin de la antesala de la Pasión de Nuestro Señor.
Este día es recordado por que uno de los discípulos de Jesús, Judas, lo entrega para que sea crucificado, así lo explica el padre Ismael Torres, párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Minca.
“El Miércoles Santo marca el fin de la antesala de la Pasión, porque el Miércoles Santo viene la entrega de Judas, que hace con los funcionarios de Sanedrín un negocio. Él decide entregar a Jesús y recibe a cambio 30 monedas de plata, todo el tramaje, toda la mentira, el beso en el rostro del Maestro, es significativo de una sociedad interesada, de una sociedad que se cree juez para mostrar en el otro la culpa y no verla en sí mismo, pero el Señor asume todas estas situaciones porque él sabe que, con su sacrificio, será redentor para el mundo entero".
"Él es cordero manso, el cordero inocente que se ofrece para morir por toda la humanidad, es el sacrificio más grande al redentor del mundo, por lo tanto acojámonos a Él, vivamos este misterio y seamos nosotros, como la Virgen María y San Juan, obedientes hasta la cruz, silenciosos, orantes y amorosos”, explicó el sacerdote en entrevista con EL INFORMADOR