De niña tuvo siempre muy débil salud a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba.
Nació en Lourdes,Francia en 1844. Hija de padres supremamente pobres. En el bautismo le pusieron por nombre María Bernarda (nombre que ella empleará después cuando sea religiosa) pero todos la llamaban Bernardita.
El padre Anderson Rodríguez, párroco de la Diócesis de Santa Marta, habló con EL INFORMADOR sobre la vida de la religiosa. “En Santa Bernardita encontramos muchos dones y carismas de parte de Dios para con los hombres, en ella se vio la promesa de la virgen, era una mujer vidente y se hizo religiosa de la comunidad de las hijas de la caridad, toda su vida la consagró a Dios, desde los 16 años entró al convento, donde tenía dos misiones especiales, la primera, era encargarse de la enfermería, la otra misión era el cuidado de las cosas sagradas, lo que le ayudó a Santa Bernardita a acercarse muchísimo a Dios”, manifestó el sacerdote.
La religiosa no podía hacer trabajo pesados, ya que desde niña padeció muchas enfermedades, entre ellas la tuberculosis, lo que inicialmente fue un problema para ingresar a la comunidad religiosa, sin embargo, Santa Bernardita fue aceptada.
“Se hizo santa porque tuvo múltiples apariciones de la virgen, dicen que la virgen se le apareció más de 18 veces, diciéndole “No te voy a hacer feliz en esta vida, pero si en la otra”, era la frase que la virgen le repetía una y otra vez en las apariciones a Santa Bernardita”, expresó Domínguez.
Según el padre Anderson Domínguez, son muchas las enseñanzas que Santa Bernardita le dejó al mundo. “Santa Bernardita nos enseña que a pesar de los padecimientos humanos que podemos vivir aquí en la tierra, Dios siempre tiene una promesa para el hombre y la promesa siempre es la vida eterna, el cielo y ser felices allá en el lugar que Dios tiene reservado para todos los hombres que son fieles aquí en la tierra”, mencionó.
“Otra de las enseñanzas que nos deja Santa Bernardita es que vivió la pobreza, en esa pobreza hay una frase de San pablo cuando dice “Dios escoge a los que no valen a los ojos del mundo para confundir al mundo”; eso fue lo que hizo Dios en Santa Bernardita, una mujer pobre, humilde y enferma, pero Dios hizo grandes cosas, promesas y proezas en ella, enseñándonos que él se vale de cosas sencillas, para mostrarnos su gloria y poder”, añadió el padre Anderson Domínguez.