Inicia la preparación para el nacimiento espiritual del Niño Dios

Durante cada día, los niños, niñas y jóvenes que viven cerca de los parques donde se realizarán, tienen preparada una espectacular presentación donde personificarán el día que les corresponda en la Novena de Navidad, dejando a flote la imaginación, la creatividad y la innovación.

Actualidad
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


En la mayoría de los hogares samarios, en empresas y especialmente en las parroquias de la ciudad se inicia desde hoy el rezo de la Novena de Aguinaldos, con la cual se preparan el corazón y la mente para recibir espiritualmente al Niño Dios.

La tradicional novena que reúne a las familias entorno al pesebre aviva la esperanza, incrementa la fe, abre los corazones y fortalece los lazos familiares con la participación de cada uno de los miembros de la familia. Las Parroquias de la Diócesis de Santa Marta también congregan a los fieles católicos que año tras año fortalecen su fe y se unen en oración para pedir por la paz de Colombia.

La Novena de Aguinaldos es una costumbre católica arraigada en Colombia, que está relacionada con la festividad de Navidad y análoga a las Posadas. Se trata de una oración rezada durante nueve días (novena) en la época previa a la Navidad (época de aguinaldos). Si bien de origen católico, en muchos casos se ha convertido en un evento social.

Cuando llega esta época decembrina, una de las principales manifestaciones que acompañan la fecha es la realización de la Novena de Aguinaldos y Cajamag tiene programada esta festividad del 16 al 23 de diciembre de 2017.

Esta Novena de Aguinaldos contará con pesebre en vivo y tendrá lugar en la Plazoleta del Teatro Cajamag ‘Pepe Vives Campo’, iniciará hoy domingo 16 a las 9:00am y mañana lunes hasta el domingo 23 será a las 5:00 de la tarde.

Novena al Niño Dios

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les dísteis en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. (Se reza tres veces Gloria al Padre)

Oración a la

Santísima Virgen

Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Se reza tres veces el Avemaría).

Oración a San José

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervoroso deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria).

Oración Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”.

Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.