El cantautor panameño fue quien le puso letra y música a la historia del hoy canonizado mártir salvadoreño.
¿Quién no ha cantado y escuchado la famosa canción “El padre Antonio y su monaguillo Andrés? Sin embargo, aún existen personas que no saben que esa canción es una historia de la vida real en el que el maestro Rubén Blades plasmo la abnegada labor e hizo consciencia del horrible asesinato del monseñor salvadoreño, Oscar Arnulfo Romero.
El reconocido compositor y cantante panameño, reaccionó luego de que el pasado domindo se diera la canonización de monseñor Romero, a quien dedicó una de sus creaciones musicales, lanzada en 1984, a cuatro años de su asesinato.
“Matarán a la gente pero jamás podrán matar a las Ideas, o a la Justicia. ¡Óscar Arnulfo Romero vive!”, escribió Blades en su cuenta de twitter, al tiempo que subió la popular canción dedicada al obispo mártir.
La canción escrita por el artista panameño parafrasea la entrega de monseñor Romero a la predicación del Evangelio para alcanzar la salvación y cómo también condena la violencia y pide justicia, mientras se pronuncia por buscar la solución a los problemas que aquejan a la humanidad, por lo cual fue asesinado mientras oficiaba una misa.
Monseñor Romero, se ha convertido en el salvadoreño más universal, desde antes y luego de su canonización, realizada eel pasado domingo por el papa Francisco, junto a otros seis beatos de la Iglesia Católica.
El mensaje de ‘El Padre El mensaje de ‘El Padre Antonio y su monaguillo Andrés’
El padre condena la violencia
Sabe por experiencia que no es la solución
Les habla de amor y de justicia
De Dios va la noticia vibrando en su sermón
Pero suenan las campanas: un, dos, tres
Del Padre Antonio y su monaguillo Andrés
Al padre lo halló la guerra un domingo de misa
Dando la comunión en mangas de camisa
En medio de un padre nuestro el matador
Y sin confesar su culpa le disparó
Antonio cayo, ostia en mano y sin saber por qué
Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé
Y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
Estaba el Cristo de palo pegado a la pared
Y nunca se supo el criminal quién fue
Del Padre Antonio y su monaguillo Andrés
