“Los problemas ambientales no son un tema de Santa Marta, sino de todo el mundo”

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zo, quien impulsa el proyecto ‘G-Cubes’, que consiste en fabricar piezas de arte con basura recogida en los mares, llegó a La Perla para participar en dos jornadas de limpieza de la Bahía.


La llegada ayer del artista suizo Harald Reichenbach a Santa Marta, en el marco del proyecto ‘G-Cubes’, es una oportunidad para que la ciudad inicie el 2018 cuidando sus playas.

Plásticos, envases y otros residuos que tomarán miles de años en descomponerse, recogidos en los puertos del Mediterráneo y otros lugares que Reichenbach ha bordeado en un viaje en barco, son la materia prima de los ‘G-Cubes’, o garbage cubes (cubos de basura), que son exhibidos en todo el mundo.

Hechos con resina y basura prensada, como souvenires trágicos de la huella destructiva de los seres humanos, los ‘G-Cubes’ son el centro de su obra y de un proyecto cuyo objetivo principal es generar conciencia sobre el desastre ambiental de los océanos, educando a nuevas generaciones sobre la importancia de cuidarlos y limpiando las zonas por donde pasa.

El artista suizo desembarcó ayer 12 de enero en Santa Marta; esta es la primera parada de su recorrido por el Caribe colombiano. Reichenbach y su equipo, del que hace parte el colombiano Andrés Linares, participará hoy sábado 13 en dos jornadas de limpieza de basuras en el malecón de la ciudad.

¿Que se hará?
Con los residuos que la comunidad recoja ese día, el artista, que está radicado en Berlín, creará nuevos objetos de formas geométricas, presentará a la ciudad su proyecto y seguirá camino a Cartagena.

¿Cuál es el propósito y futuro de esta iniciativa ecológica y el impacto que espera tener?, el artista suizo respondió las siguientes preguntas:
Desde el arte, ¿cómo se puede ayudar a superar los problemas medioambientales de Santa Marta y del mundo en general?

“Creo que este problema tiene como una de sus causas más importantes la falta de voluntad política. No es solo un tema de Santa Marta, sino de todo el mundo. Por eso es que no existen iniciativas educativas y no hay apoyos económicos posibles. El arte tiene la capacidad de poner un tema en el centro de la discusión desde una perspectiva completamente diferente. Por medio del acto de creación, las nuevas generaciones obtienen otro punto de vista y una ´manipulación positiva´ por medio del artista para que se enfoquen en esta situación catastrófica”.

¿Qué le preocupa más del desastre de las basuras en los océanos?
“Que la producción de basura siga en auge. Básicamente, nuestro objetivo primordial es su reducción, especialmente la de materiales empacados. Sobre los océanos específicamente, me preocupa mucho la muerte constante de la biomasa. Mirando los hechos, podemos decir que sucederá completamente en el año 2050, al medir el peso de la basura que se encuentra en este momento en los mares.

La vida en los océanos se está reduciendo constantemente, así como su producción de oxígeno, que es el 50 por ciento del total en la tierra”.

¿Hay alguna razón en particular por la que decidió hacer su obra en cubos de 10x10x10?
“Tiene que ver con logística. Es problemático producir máquinas para comprimir cubos más grandes y sería imposible transportarlas en velero. Además, a cubos más grandes, mayor cantidad de resina tendríamos que usar, lo que sería contradictorio con nuestro mensaje ecológico. También tiene que ver con temas de exhibición. Y las dimensiones escogidas para los cubos son las mismas de una piedra que en Europa representa el pensamiento revolucionario juvenil de los años 80”.

¿Qué reacción causa en la gente su obra?
“Los adultos entienden rápidamente que se trata de una catástrofe para nuestros océanos. Al mirar uno de los cubos, la relación es instantánea. Para los niños es una escultura, pero la relación con el medio ambiente nace de tener una discusión con ellos”.

¿Qué proyectos se financiarán con la venta de los cubos?
“Los cubos se venderán por todo el mundo a galerías e iniciativas privadas. Luego, todo el mundo puede venderlos, con una comisión que paga la asociación ‘G-Cubes’ a los vendedores. Con las ganancias pensamos en financiar limpiezas en los cinco giros oceánicos, donde se acumula basura constantemente por los vientos, con la ayuda de Bryan Slat, así como inversiones en proyectos educativos en regiones seleccionadas, instalar iniciativas locales y seguir limpiando”.

¿Qué harán con todos los cubos?
“Por el momento, estamos en la producción de un gran cubo al final de nuestro recorrido, una pieza final de arte”.

¿Cuál ha sido la limpieza más grande de basura que ha hecho el proyecto ‘G-Cubes’?
“En Las Palmas de Gran Canaria (España) en la playa Bochabarrancha, cerca de la ciudad. Se hizo en colaboración con MerTerre, una asociación de Marsella (Francia), que ha limpiado los Calanques durante 20 años seguidos”.

¿Qué hará con la basura recogida en Santa Marta?
“Comprimiremos la basura y la mayoría será enviada a Suiza, donde se les pondrá resina. Pero intentaremos hacer la producción de entre 10 y 20 cubos en Santa Marta y Cartagena. Dos cubos de los que hagamos los dejaremos en las ciudades y los demás viajarán como parte del proyecto de ‘G-Cubes’, y estarán a la venta para financiar la obra de arte final”.

¿Cuánto pesa cada cubo?
“Un poco más de un kilo, entre 1.050 y 1.100 gramos”.




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