“El perdón es una decisión”: Ana María Estupiñán

Ana María Estupiñán comenzó en la actuación a los 12 años.

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El principal reto para la actriz bogotana, al interpretar a una guerrillera, ha sido recrear fielmente las situaciones por las que tuvo que pasar esta mujer en la vida real. Cree que es mucho lo que se desconoce del conflicto y que por eso el país debe aprender a perdonar.


¿Cómo terminó involucrada en la televisión?

Mi papá y mi mamá siempre han trabajado en este medio. Mi papá es productor, editor, diseñador de productos y diseñador gráfico. Mi mamá trabajaba en el área de producción. Con mis hermanos siempre hemos hecho comerciales, pero mi papá no quería que nos metiéramos en la actuación, por tantas historias que se han escuchado, lo de la fama y todas esas cosas, pero a medida que fue viendo nuestra madurez y nuestra actitud con respecto al manejo de este trabajo, empezó a apoyarnos y ahora es mi mánager. Él y mi mamá son mi mano derecha y es muy bonito ver cómo mi carrera ha crecido junto a ellos.

Ahora vive en Miami, ¿qué ha cambiado esa experiencia en su carrera?

Es un cambio grande en todo sentido. Me ha abierto mucho las puertas el estar allá, porque he comenzado a ampliar mi visión, a hablar con otra gente. Encontré otras historias y sobre todo, me ha llevado a valorar nuestro producto nacional. Cuando trabajaba en Nickelodeon, tenía compañeros de otros países que me decían que era un anhelo para ellos trabajar en Colombia, porque creen que hay muy buen contenido y unas actuaciones por las que admiran el producto nacional.

¿Cómo define sus protagónicos como La Pola y Helenita Vargas hoy?

Cada personaje me pone un reto diferente. En el caso de La Pola era un poco la época de ir en contra del machismo; en La Ronca de Oro era el tema de cantar, de interpretar a una persona que la gente conoció, un ícono de nuestro país. Con este último personaje en La Niña ha sido un reto personal y actoral el hecho de interpretar a una persona que tuvo que pasar por cosas tan duras, que nosotros desde la ciudad sabemos que pasa, pero que no lo tenemos muy presente y para mí el gran reto es saber que cada escena fue real y que eso lo vivió una persona. Y quiero que cuando ella lo vea se vea reflejada y no crea que lo estoy exagerando.

¿Tuvo contacto con la mujer que inspiró la historia?

Estuvimos con varios reintegrados que nos contaron sus historias, y con lo que ellos y Juana Uribe, la directora, nos contaron, comenzamos a crear los personajes.

¿Ha recibido comentarios malos por su personaje?

Sí, los respeto, los entiendo, porque sé que tal vez muchas de esas personas han sido vulneradas por la guerra, pero creo que con esta serie lo que queremos mostrar es que más allá de un conflicto estamos hablándole a un país que se ha vuelto un poco indolente y que ha tratado de ignorar esa realidad. Y es que muchos de nuestros niños han tenido que vivir en ese habiente y de alguna manera son víctimas, porque qué van a saber qué es bueno o malo o por qué entran a una guerrilla.

¿Le tocó aprender a perdonar?

Creo que todo el mundo ha cometido errores y hemos tenido que perdonar a alguien por algo que hemos hecho mal. Esta historia me ha sensibilizado en cuanto a eso. Me ha enseñado que el perdón, más allá de una situación o de un sentimiento, es una decisión que definitivamente es personal y creo que es nuestra decisión el futuro que viene como colombianos.




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