La nueva lencería ¿un arma feminista?

Moda y Estilo
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El cambio en el mundo de la moda es algo evidente. Esta tendencia feminista ocupa noticias, reportajes y editoriales a diario y tiene cada día más devotos. El universo 'fashion' (y Hollywood de su mano) parece haber tomado el feminismo como religión y las mujeres que forman parte de su mundo reivindican cada vez más (y mejor) sus salarios, sus papeles, sus trabajos y sus vestuarios.

¿El objetivo es que el estilismo pase a un segundo plano? Puede, aunque otra posibilidad es que mantenga su protagonismo, pero mejorando su papel. Si el fin último de la moda femenina es impulsar la comodidad, el sentirse bien e, incluso, transmitir buenos valores, entonces ese protagonismo está permitido.

En esa vorágine de empoderamiento y enfrentamiento de valores, surge el cambio con un tipo de prenda que, a priori, ha podido pasar desapercibida; al menos a simple vista. Se trata de la lencería. Y más concretamente, de sujetadores, que durante décadas han sido utilizados, más que por una cuestión de sujeción o comodidad de la mujer (que también), de ayudar al cuerpo femenino a encajar dentro de los cánones de belleza establecidos. Durante los 90 y 2000, la estética exuberante del momento hizo que las ventas de sujetadores 'push up', con extra de relleno, aro, corsés y toda la parafernalia que se le pueda añadir a la prenda, se disparasen. El famoso "90-60-90" abogaba por cinturas de avispa y grandes pechos (llamen a la mente la imagen de Pamela Anderson en 'Los vigilantes de la playa') que, si no se tenían, había que aumentar de alguna manera.

En la actualidad, se ha producido un cambio (casi) silencioso en este ámbito. Casi, porque es evidente que la campaña #FreeTheNipple, que comenzó con la lucha en contra de la sexualización del pezón en las redes sociales y que acabó haciendo apología de la naturalidad a la hora de mostrar el pecho natural (ni más ni menos) y que las famosas utilizaron para acompañar sus imágenes con camisetas transparentes y sin sujetador, hizo bastante ruido. De hecho, lo que comenzó como un grito feminista en las redes sociales se convirtió en auténtica tendencia, apodada 'Braless' (sin sujetador) y promovida por ni más ni menos que mujeres como Kendall Jenner, Chiara Ferragni o las hermanas Hadid. Sin embargo, y pese a la clara influencia de esas reinas 2.0, ¿alguien sabe en qué momento las mujeres dejaron de volverse locas por los sujetadores 'push up' y comenzaron a comprar compulsivamente 'tops' y lencería sin armamento, con finas telas y encajes que poco favorecían la forma redondeada y voluptuosa del pecho?




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