Una visita guiada busca iniciar una reflexión sobre cada verso y cada golpe que está construido con un bagaje experiencial de vida y de muerte, de amor y de odio, de dolor y de goce.
El Museo del Oro Tairona, en su interés por fortalecer la cultura musical de la comunidad, ha programado la visita guiada sobre ‘Música palafítica de la gente de mar y la ciénaga’, con el fin de divulgar y proyectar los sonidos musicales del Magdalena.
La música en los territorios palafíticos de la Ciénaga Grande Santa Marta adquiere un sentido en la memoria y en esa deconstrucción. Los ritmos musicales de baile de negro y de pajarito son el ejecutado allí, y hace parte del repertorio ribereño de los bailes cantaos, que basan su estructura lírica en la composición inmediata e improvisada que al repetirse regularmente se fijan en las mentes de los escuchas, luego convertidos en coristas y divulgadores de sus mensajes. Estos forjan la memoria de la comunidad porque les da sentido a la vida y a la muerte. Con cantos primigenios en la cotidianidad y en la vida festiva de ellos, estas prácticas sonoras cumplen un papel más que catalizador de la realidad, logran reforzar las estructuras vitales de la comunidad.
Esta visita guiada busca iniciar una reflexión sobre cada verso y cada golpe que está construido con un bagaje experiencial de vida y de muerte, de amor y de odio, de dolor y de goce.
Este miércoles
La visita guiada sobre la Música palafítica de la gente de mar y la ciénaga, será el próximo miércoles 23 de enero a partir de las 3:00 de la tarde y estará a cargo de Guillermo Federico Rey, un hombre que desde niño acompañó a su padre a las investigaciones sobre la música de los pueblos del Caribe Colombiano, luego en su adolescencia fue tamborero y en la actualidad cursa sus estudios de antropología en la Universidad de Antioquia.
Otra de las visitas guiadas que presentó el Museo del Oro Tairona fue ‘Música anfibia del bajo Magdalena’ un recorrido por el curso bajo del río Magdalena, donde los pueblos asentados en sus riberas o en sus ríos afluentes tienen una particularidad, la vida sucede en medio del agua y su cosmogonía se expresa por medio de este importante río. El mundo del más acá y del más allá coinciden en unos saberes que son determinados por el río, por su abundancia, por su escasez o por su productos. Lo místico, lo inexplicable también es condicionado por el río, así como la elaboración de las casas, su arquitectura y su duración.
Desde las riberas del Magdalena, resuena la voz de los ancestros y los sonidos del tambor aborigen, del pito, el acordeón y la guacharaca para dar vida a una amplia variedad de ritmos, como el mapalé, el merengue o la cumbia, y de aires musicales, como el cumbión, el chandé, el baile cantaó y la cumbiamba.
La visita guiada sobre fue ‘Música anfibia del bajo Magdalena’ se llevó a cabo el miércoles 16 de enero en el segundo piso del Museo del Oro Tayrona y contó con la participación de turistas nacionales e internacionales, académicos y samarios en general.
El recorrido por la Música palafítica de la gente de mar y la ciénaga, es un vento gratuito al que pueden asistir personas de todas la edades, que estén interesados en conocer sobre el tema.
Los eventos de violencia ocurridos en las comunidades lacustres de la Ciénaga Grande de Santa Marta han quedado marcados en la historia del conflicto armado colombiano, pero mucho más en las comunidades y sus habitantes. Acontecimientos brutales, que más que cicatrices, los invitó a deconstruirse como grupo, a reconfigurar sus conflictos y las prácticas requeridas para ello.
