La implementación de una política pública cultural sería una buena opción para el aumento de la oferta cultural en la ciudad.
Por Lala Esmeral Muñoz
Redacción EL INFORMADOR
Cultural, es uno de los apellidos del DTCH de Santa Marta que poco es explotado teniendo la ciudad todas las características para ser un destino predilecto en cuanto a este arte se refiere, sin embargo, esto no es así dejando pasar una gran oportunidad para vender al distrito desde otro aspecto.
Aunque no se puede desmeritar el trabajo que han venido haciendo con las uñas diferentes entidades e instituciones, se necesita un mayor aporte a esta rama, mayor opción de entretenimiento, que Santa Marta no solo sea playa, brisa y mar, montañas, ríos y destino ecoturístico envidiable, sino que también tenga la posibilidad de ser el epicentro cultural que debería ser.
Santa Marta requiere de mayores espacios culturales, musicales, literarios, cinematográficos, que puedan ser accesibles y asequibles a las comunidades, para que poco a poco se vaya empapando del tema y el interés por estas artes aumente.
“A Santa Marta le falta entender, desarrollar y producir más políticas publicas seria en esta ciudad, le falta infraestructura cultural, le falta que haya más museos, galerías, salas de teatro de pequeños formatos, que se restaure con urgencia el Teatro Santa Marta” manifestó Patricia Moreno Linero, director del Festival Internacional de Teatro del Caribe.
La ciudad está ávida de una programación cultural mensual en la que se incluya los diferentes aspectos que abarca este tema, ya que poco a poco la respuesta a los esporádicos eventos que se han realizado en zonas abiertas de la ciudad ha sido positivamente aceptada por la comunidad.
“Falta entender el enorme potencial que hay de artistas profesionales consagrados, teátricos, musicales, danzarios, bailarines de la diferentes organizaciones culturales que han hecho maravilla con las uñas y se merecen todo el apoyo y respaldo, pero no lo tienen por la falta de una política pública cultural coherente, seria, que le brinde garantías” añadió Moreno Linero.
En la capital del Magdalena urge explotarla culturalmente no solo durante la temporada alta de vacaciones, sino hacerla un destino permanente y obligado a visitar por su oferta cultural, nadie se querría perder grandes eventos culturales, literarios, musicales, cinematográficos si se hicieran con seriedad y manteniendo un alto nivel en los espectáculos que ahí se ofrecen.
Cabe resaltar, sin embargo, el trabajo que vienen realizando Cajamag a través de su Teatro Pepe Vives Campo, que ha sido el renacer de la cultura teatral, también a través de su biblioteca donde no solo hay espacio para exposiciones artísticas, sino también para charlas históricos y culturales con grandes conocedores de la región.
Hay que destacar los museos como Museo de Arte Contemporáneo de la Quinta de San Pedro, Museo del Oro Tairona, Museo de Arte de Unimagdalena del Centro Cultural San Juan Nepomuceno, la Alianza Francesa, el Banco de la República, la Casa del Patrimonio de Taganga, Fundam, entre otras organizaciones y entidades han venido ofreciendo una serie de alternativas culturales sin embargo estas se hacen insuficientes para posicionar a Santa Marta como un destino cultural apetecible.
El potencial de Santa Marta en este aspecto es enorme, brinda todas las condiciones, solo se necesita que se tomen las riendas de este importante apellido que carga con orgullo la ciudad y explotarlo al máximo con el fin de brindar una alternativa de entretenimiento tanto para propios como para los turistas que visitan la ciudad.
En otrora Santa Marta, como primera ciudad de Colombia, fue uno de los destinos más deseados a nivel cultural, puesto que el imponente Teatro Santa Marta, permitía que en esta ciudad se presentaran grandes compañías teatrales, operas, zarzuela, espectáculos musicales, grandes conciertos de música clásica, sinfónicas, entre otros espectáculos que eran el diario vivir de la época dorada de la cultura samaria. La capital del Magdalena necesita mayor oferta eventos culturales, espectáculos teatrales, música y espacios abiertos de literatura para que poco a poco la comunidad pueda tener nuevas alternativas de entretenimiento.
Urge organizar un calendario de eventos para los meses del año de temporada baja vacaciones que fácilmente podría institucionalizarse una serie de eventos culturales de alta calidad como lo hacen en otras ciudades del Caribe.