EL EVANGELIO DE HOY 16 DE OCTUBRE DE 2014

Evangelio
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Evangelio según San Lucas 11, 47-54.

En aquel tiempo, dijo el Señor: "¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado!
Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.
Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos.

Así se pedirá cuanta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden."
Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.
Reflexión: quizá nuestra vida exterior es una vida correcta y aun ejemplar; la imagen que ofrecemos a los demás, es la de un autentico cristiano y hasta quien sabe, si la de un celoso apóstol, de un observante y ejemplar religioso, de un abnegado sacerdote; eso es lo exterior; eso es lo que los demás ven en nosotros. ¿Pero en realidad somos lo que aparecemos? ¿Somos tan auténticos, tan buenos cristianos? Esa apariencia la puede confirmar nuestro Padre Dios, o ¿recibiremos el mismo reproche de los escribas y fariseos? Aparecemos como buenos y cumplidores de las normas religiosas, pero ¿la realidad de nuestro corazón es que está lleno de maldad, de egoísmo, de envidia, de celos, de rencores?