En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre". Reflexión: Dios nos ha dado las armas para defendernos y permanecer vigilantes; que Él mismo nos ayude a decidir según su voluntad, para no ser arrebatados del buen camino.