En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no dejará las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron.
De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños".
Reflexión: Si volvemos nuestra mirada a la Santísima Eucaristía, nos daremos cuenta de que no es un banquete para los perfectos o santos, sino que es el alimento de aquellos pecadores que confían en el Señor y que se esfuerzan por sembrar terror y miedo en los labios de nuestro amoroso Salvador? Consolar, sanar y perdonar, no juzgar y excluir.