En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la hierbabuena, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!".
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros».
Él le respondió: «¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»
Reflexión: La invitación que nos hace el Señor en este día es a someternos al amor de Dios y con él a las prácticas de misericordia para que seamos predilectos hijos suyos que alcancen el Reino de Dios.