En aquel tiempo, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Reflexión: Jesús pasa el día entre el trabajo, la oración y la enseñanza, pero también deja tiempo para el descanso; sin embargo, el descanso no es solamente para dormir, puede servir para meditar o reflexionar, es cambiar de actividad, es un momento de tranquilizar el cuerpo y de ocupar la mente en otros menesteres.