En aquel tiempo, vio Jesús al pasar, a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.
Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”.
Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Reflexión: Seamos servidores dignos de cada ministerio que realicemos de cada vocación a la que Dios nos ha convocado, para que siguiendo el ejemplo de vida de San Mateo, no temamos desprendernos de los bienes materiales por seguir al Maestro.