En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’.
Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.
Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.
Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.
El pecado está en no haber creído en mí.
La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.
Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.”
Reflexión: Miremos a la Virgen María, Ella no solo fue valiente para aceptar el querer y la voluntad de Dios, sino que dio testimonio en medio de los momentos más difíciles, como presenciar el juicio, la sentencia, el maltrato y la muerte de su Hijo. Ella se mantuvo fiel y así permanece todavía junto a la Iglesia.