En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la Creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi Nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno moral, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos”. Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Reflexion: Amados hermanos, hoy es un día especial, pues celebramos la memoria de San Marcos evangelista, un hombre humilde que se dejó seducir por el Señor y tuvo la sabiduría y la delicadeza para escribir un Evangelio, es decir un testimonio escrito de la misericordia y enseñanza del Señor Jesús. Hay hermanos que no sienten amor y decoro por la Sagrada Escritura, por lo que la leen sin pedirle a Dios que les conceda la sabiduría para interpretarla correctamente; quien tiene esta manera de actuar, corre el peligro de manipular la palabra de Dios.
