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El abdomen después del parto: cómo tonificarlo

Revista Ámbar
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Se han escuchado algunas veces historias de mamás recientes cuyas pancitas se ponen firmes y desinfladas inmediatamente después del parto. Si bien es verdad que esto ocurre, es poco común. A la mayoría de las mujeres les lleva meses deshacerse de la panza de embarazada, y en algunos casos nunca lo logran.

La paciencia es clave. Le llevó nueve meses a tu abdomen estirarse para alojar a un bebé en un embarazo a término, por lo cual parece razonable que necesite todo ese tiempo o aun más para recuperar la firmeza que tenía antes del embarazo.

La velocidad y el nivel de esta transición depen-derá en gran medida del tamaño normal de tu cuerpo, de cuánto peso subiste durante el embarazo, de lo activa que eres y de tus genes. Las mujeres que subieron menos de 30 libras (13 kilos y medio) e hicieron ejercicio de forma habitual a lo largo del embarazo, que amamantan, y que han tenido solamente un niño es más probable que adelgacen de manera rápida.

Si no estás amamantando, necesitarás cuidar tus comidas para poder perder los kilos del embarazo. Necesitas menos calorías ahora que no estás embarazada.

El amamantamiento ayuda, en especial en los primeros meses después del nacimiento. Las mujeres que amamantan queman calorías adicionales para elaborar la leche, por eso habitualmente pierden el peso del embarazo con más rapidez que las madres que no amamantan.

El amamantamiento también produce contracciones que ayudan a reducir el útero, haciendo de esto un ejercicio para todo el cuerpo. Pero muchas mamás que amamantan dicen que tienen dificultades para bajar las últimas 5 a 10 libras (o los últimos 2 a 4 kilos y medio aproximadamente).

El ejercicio también ayuda, ya sea un paseo alrededor de la cuadra donde vives o una clase de yoga de posparto. La actividad física tonifica los músculos del estómago y quema calorías. Un régimen riguroso de ejercicios que incluya una sesión de aeróbicos y movimientos que se centren en el abdomen puede hacer maravillas.  Pero antes de empezar una rutina de ejercicios, debes estar segura de que tu cuerpo está preparado.

En algunos casos se requiere más esfuerzo para encarar los aumentos de peso ocasionados por el embarazo. Una dieta baja en calorías puede ayudarte, pero concédele tiempo a la naturaleza y al ejercicio para que hagan el primer esfuerzo.

No sigas una dieta estricta: las mujeres necesitan un mínimo de 1200 calorías diarias para mantenerse saludables y la mayoría de las mujeres necesitan mucho más que eso -entre 1800 y 2200 calorías por día -para conservar su energía y buen humor.

Para perder aproximadamente una libra (alrededor de medio kilo) por semana, tendrás que eliminar 500 calorías diarias, ya sea comiendo menos o incorporando más actividad física a tu rutina.





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