Elegante y admirada: Matilde Lina, la musa que inspiró al compositor Leandro Díaz

Matilde Lina Soto Negrete.

La Guajira
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Con estas cualidades que Matilde Lina Soto Negrete afirma la caracterizaron en su juventud, esta mujer logró convertirse en la musa del compositor Leandro Díaz, quien a pesar de ser ciego de nacimiento, sus ojos del alma le permitieron interpretar e imaginarse que “cuando Matilde camina hasta sonríe la sabana”.

Versos vallenatos con los que Leandro cortejaba a aquella morena, delgada, de cabello largo y crespo, oriunda del caserío de El Plan, en el municipio de La Jagua de Pilar, La Guajira, allí la conoció durante unas festividades en Manaure, Cesar cautivándola con su voz y su sonrisa.

Y aunque el romance entre ambos nunca se dio, ya que Matilde era una mujer comprometida y con cuatro hijos, eso no impidió que su pretendiente le compusiera las mejores letras.

“Es un honor para mí saber que fui la inspiración de esos bellos versos que me han hecho tan reconocida no solo en La Guajira, sino en todo el mundo”, señala Matilde, pues su canción ha sido grabada en más de cuarenta versiones e interpretada por cantantes como Diomedes Díaz, Carlos Vives y hasta el Gran Combo de Puerto Rico.

Engreída asegura que su elegancia mientras recorría las calles de El Plan, le dio fama y hacía que todos la admiraran, razón por la que Leandro en medio de su dificultad visual, le fue fácil descifrar la belleza de esta mujer.