“El accidente me cambió la vida”: guía de tránsito atropellado en Riohacha

Con su señora y uno de sus hijos, aparece el guía de tránsito Luis Alberto Torres Brito.

La Guajira
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Así recuerda, Luis Alberto Torres Brito, con lágrimas en sus ojos, ese momento de caos que lo tocó vivir y que hoy lo tiene apoyándose de dos muletas para trasladarse.
Perdió su tranquilidad, las huellas imborrables de ese instante le cambió la vida. Todavía mantiene intactos en su mente esos segundos que le tocó vivir, aferrado a que el vehículo se detuviera ya que lo arrastró a más de 900 metros.

Luis Alberto, seis meses y 26 días después ya no es el mismo, no alcanza a entender esta situación, para él fue un milagro de Dios, no sabe cómo está vivo. Recuerda que en ese momento solo pensó en sus hijos, su único patrimonio.

Dice que no perdió las esperanzas. El ánimo dado por su esposa, sus hijos, vecinos, familiares y amigos lo mantuvieron con vida mientras se encontraba hospitalizado, hoy está agradecido con ellos. Pero todavía lucha contra las lesiones que recibió, pero ha sabido sobreponerse a tantas dificultades juntas.

Habita con su familia en el barrio La Mano de Dios de Riohacha. En estos momentos se le venció el contrato que tenía con la cooperativa Génesis, la que se encarga de suministrarle el personal al Instramd, donde venía recibiendo el sueldo como si estuviera laborando aún que se encontrara incapacitado.
En estas circunstancias, Torres Brito se ha visto obligado a entablar un proceso jurídico contra del Instituto Municipal de Tránsito, que es la entidad a la cual le prestaba el servicio y requiere que se le responda, toda vez que el accidente ocurrió mientras laboraba.

Un injerto en su pie izquierdo, una rodilla con poca estabilidad y varias cicatrices son las señales visibles del accidente, pero existen otras heridas que solo se perciben al hablar.
“No sé cómo me golpeó ese carro, lo cierto es que cuando me di cuenta me encontraba debajo con la rodilla presionada y el carro nada que paraba. Pensé en mis hijos y creí que hasta ahí llegaba”.
“Recuerdo que me llevaron a la clínica de emergencia y al día siguiente me trasladaron a un centro de alta complejidad en Valledupar, ahí duré dos meses en cuidados intensivos y después en recuperación”.
Fueron dos meses en los que él y su familia sobrevivieron gracias a la solidaridad de familiares, amigos y vecinos que se unieron para apoyarles económicamente. El Instituto de Transito, Transporte, Movilidad Distrital Instramd, también les aportó unos dineros correspondiente a la cancelación de la deuda pendiente por el contrato anterior firmado.
Para este oficial de tránsito y su familia esta situación se torna complicada, él sigue incapacitado, su esposa se encuentra desempleada, tienen dos hijos menores, por lo que se valen de la venta de hielo y bolis en su casa para alimentarse, mientras se firma nuevamente el contrato con el Instramd.

Explicó que dos abogados, uno laboral y uno penal están manejando su caso, el primero se encuentra haciendo los trámites para la indemnización ya que el accidente fue en su área de trabajo y el penal para que se establezca responsabilidad legal sobre el conductor del vehículo que lo avasalló.

Da gracias a Dios por mantenerlo con vida, mantiene la esperanza viva de recuperarse por completo, teme por las secuelas que le puedan quedar que le imposibiliten volver a sus labores.