Me senté adelante junto al conductor porque mi niño tenía fiebre y solicite que me dejara en cualquiera de los pueblos donde hubiese un hospital, de repente vi que el chofer hizo un giro como tratando de esquivar algo, sentí un fuerte golpe en ese momento, cerré los ojos y apreté a mi hijo, volé y aparecí en un monte sujetando un palo”.
Este es parte del testimonio de Maira Isabel Verdugo Vega, quien viajaba con su hijo de solo nueve meses de edad. Milagrosamente ella y su bebé salieron ilesos del terrible accidente.
La sobreviviente cuenta que intercambió el puesto que ocupaba con el auxiliar del bus, ya que esperaba bajarse en el próximo pueblo para atender la salud de su pequeño. Al momento de producirse el choque, debido al impacto, salió disparada por el vidrio panorámico con el niño en brazos y cayó en medio de la maleza de un potrero.
Expresó que por el desespero trataba de agarrarse de cualquier cosa en medio de la oscuridad, un joven que cayó a su lado la socorrió y la ayudó a salir hasta la carretera nuevamente, por fortuna, ella y su bebé resultaron con golpes y laceraciones leves.
Maira Isabel había viajado hasta Barranquilla a comprar los arreglos para celebrar el cumpleaños de su hijo, quien en agosto cumple su primer año de vida.
Gildardo Romero García, sobreviviente
Gildardo Romero García, otro de los sobrevivientes, contó a LaGuajiraHoy.com, lo que logró recordar, ya que venía entre dormido. Mencionó que de repente sintió un fuerte golpe, la rueda del lado izquierdo se ladeaba, haciendo que el bus girara y quedara con el frente como si fuera hacia Riohacha, de inmediato comenzó a encenderse.
“Escuche varios gritos pidiendo auxilio y logré salir por la parte de arriba del bus, en medio del susto me decidí a auxiliar a quienes se hallaban allí atrapados y alcance a sacar al ayudante del bus y una señora”, contó Gildardo Romero.