"Le dimos la bandeja de comida y ese niño gritaba de emoción"

Según el Secretario de Salud Departamental, se seguirán atendiendo los niños de acuerdo con el estado de cada uno.

La Guajira
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Factores como la sequía, la falta de fuentes de empleo y hasta el cierre de la frontera con Venezuela han agravado la crisis alimentaria que por estos días sufren los más pequeños habitantes de las zonas más apartadas del departamento peninsular.

 

Más casos por desnutrición se siguen presentando en el departamento de La Guajira, esta vez en el corregimiento de Shiapana, zona rural del municipio de Uribía, donde 16 miembros de esa comunidad fueron enviados a urgencias del Hospital Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Uribía,  y posteriormente traslados a Riohacha.

La situación empeora cada vez, y más cuando desde hace cuatro años que no llueve en esa zona del departamento, sumado a la escasez de comestibles por el cierre de la frontera de Venezuela.

El secretario de Salud del departamento, Stevenson Marulanda Plata, en rueda de prensa manifestó que los niños de mayor cuidado se seguirán atendiendo hasta lograr la recuperación nutricional de acuerdo con el estado de cada uno, mientras los de menor complicación serán enviados de vuelta a su comunidad.

"Hay que convocar a toda la nación,  es un problema nacional y del Estado colombiano; este un problemas que tiene muchas variables unas manejables otras no", recalcó el funcionario.

Advirtió de la complejidad de la emergencia: "La Alta Guajira es muy grande, 8 mil kilómetros cuadrados y 28 kilómetros de trochas por donde trafican los wayúu, un territorio seco, inhóspito y difícil con una población dispersa". Considera que las comunidades indígenas de La Guajira necesitan un sistema de seguridad social distinto. "Me dice el representante de esas comunidades que una brigada de salud va una vez al año, las EPS no van nunca". Agregó que "el Ministerio de la Protección Social deberá entender que esta es una zona distinta y que necesitamos una legislación especial. Requerimos la intervención del Estado, pero no con bolsitas de agua, mercados que sean con soluciones de fondo".

 

Las causales

El concejal por Uribía, Carlos Palmar Iguarán, le hace un llamado al Instituto Colombiano de Bienestar familiar y a las EPS para que tomen cartas sobre el asunto. "Mientras estemos aquí estamos esperando que hagan las contrataciones y se nos mueren nuestros niños, hace 10 días murió uno y ellos se percataron del caso".

El cabildante aduce varias causales para la crisis "la falta de  fuentes de empleo, no hay cultivo, está cerrada la frontera de Venezuela, de donde se traía los mercados de la canasta familiar y hay un carro que reparte el agua y la que  se consume es de los jagüeyes donde los animales se bañan"

Para la secretaria de Asuntos Indígenas, María Margarita Pimienta, el problema fronterizo agudiza la problemática. "Nosotros tenemos la costumbre de buscar el sustento en Venezuela y es como un trabajo entre los wayúu de la alta de Venezuela traían toda la alimentación necesaria y se complementaba con lo que hacemos en nuestros territorios como el cultivo de fríjoles, la cría de animales y eso se no complica más con el olvido del Estado colombiano".

"Los indígenas de los corregimientos, Tawaira, Shiapana, Castillete, y otros que colindan con el vecino país parecen que no existieran en el mapa de Colombia, eso nos ha agravado más aunque el Gobierno dice hacer presencia a través de la ubicación de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Hay que tomar soluciones de fondo", destacó la funcionaria departamental.

"Este es un estado lamentable, nosotros que llegamos ayer de esa zona cuando  quisimos comer quedaron los niños mirando y le dimos y ellos no hallaban que hacer, un momento doloroso. Hubo una situación de un joven de 16 años de edad que le dimos la bandeja de comida y ese niño gritaba de emoción, tenía tres días que no comía", contó María Margarita Pimienta.

Por: José Iguarán González 





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