Más de 40 uniformados del Ejército colombiano, con dos carros tanques de guerra y una docena de policías, hacen presencia de Estado en la frontera en el puerto seco del corregimiento de Paraguachón en Colombia en límite con el corregimiento de Guarero en Venezuela.
A la gente se le observa un poco desesperada y los mototaxistas gozándosela como si fuera algo normal, así trascurre un día en la frontera de Paraguachón que se limita con la República Bolivariana de Venezuela.
Por otro lado, los cambiadores de bolívares, están esperando al cliente. Montan su pequeño mini-banco en cualquier lugar; puede ser debajo de un árbol, o en un pequeño escritorio con una silla como suele ocurre normalmente.
También hay presencia de un delegado de la Defensoría del Pueblo, varios médicos de la Secretaria de Salud Departamental y como de costumbre de Migración Colombia; todos expectantes a lo que pueda ocurrir de un momento a otro.
Se siente algo tenso en la zona fronteriza, pasadas las 10 de la mañana de ayer, hace presencia un helicóptero del Ejército Venezolano, que sobrevoló cielo colombiano en tres ocasiones, volando muy bajito por encima de las viviendas del corregimiento de Paraguachón y por fin aterrizó.
Descendieron de la aeronave una delegación de militares venezolanos encabezados por el Almirante Remigio Ceballos Chazos, segundo comandante estratégico operacional, que dialogaron con sus similares de Colombia en la tierra de nadie y luego un poco parco accedieron a entregar entrevistas a un puñados de representantes de diferentes medios nacionales.
