Luchar para proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes debe ser el objetivo del sector turístico de la ciudad.
¡La muralla soy yo! es un mensaje directo, que indica que cada empresa y ciudadano tiene como misión convertirse en un obstáculo para aquellos que intenten atentar contra los más pequeños e inocentes habitantes de Cartagena.
Y en esta titánica labor, los prestadores de servicios turísticos, desde quienes venden accesorios en las playas hasta los grandes hoteles, tienen un papel fundamental.
Cartagena de Indias es sinónimo de turismo, por lo tanto sus calles son visitadas por millones de personas y los habitantes de la ciudad están, de cierta forma, expuestos a las malas prácticas. Los entes de la ciudad han adoptado medidas para salvaguardar el mayor tesoro que se posee: niños y jóvenes, y evitar su explotación sexual comercial.
Para estimular el apoyo a esta importante causa, el Distrito ha reconocido a los hoteles y entidades que en su lucha diaria contribuyen a prevenir los delitos de explotación sexual. Uno de ellos ha sido el hotel Capilla del Mar, el cual a través de capacitaciones ha hecho que todos sus empleados sean veedores de la seguridad y la integridad de los menores de edad.
Como muestra de este compromiso adquirido con la ciudad, cualquier empleado del hotel, antes de comenzar a ejercer sus funciones, debe realizar un curso virtual de The Code en contra de explotación sexual. Adicionalmente, los trabajadores son capacitados tres veces al año para que aprendan a identificar las señales que darían cuenta de un abuso y las acciones a tomar en caso de identificarlo. Además, en sus contratos de trabajo, tienen unas cláusulas que los comprometen al cumplimiento de la política en contra de estos delitos y estipula las sanciones que podrían recibir.
Para hacer de esta labor un intercambio de conocimientos entre trabajadores y visitantes, el hotel creó “Las charlas con David” como un espacio para hablarles a los turistas sobre la ciudad y vincularlos a la lucha en contra de la explotación sexual infantil. “Las prácticas pedagógicas incluyen la creatividad y la innovación, abren oportunidades para que los turistas se involucren a las acciones de prevención y no se sientan señalados si no por el contrario, incluidos y corresponsables de la protección de los menores de edad”, manifestó Ronald Polo, gestor corporativo del hotel Capilla del Mar.