Los samarios están acostumbrados a arrojar todo para la calle, desde colchones hasta muebles, sobre todo si no sirven, incluso televisores y electrodomésticos dañados. Pero la mala costumbre no termina allí. Cada vez que instalan un nuevo negocio, la vitrina de ellos, es sacar lo que se vende a la vía pública, por donde deben transitar los peatones. Seguro que esta situación no se presentara si hubiera una autoridad que hiciera cumplir las normas y castigara este tipo de acciones en contra de la ciudad. ¿Y usted qué hace por Santa Marta?