La única autoridad local que estuvo atenta a la llegada, nuevamente, de los cruceros, fue la Policía Nacional. Cuando los turistas y veraneantes recorrieron el Centro Histórico de la ciudad, la Policía tuvo en cuenta de ayudarlos en cualquier tropiezo que tuvieran para facilitarles el camino, tal como lo muestra la gráfica. Seguramente este gesto sirvió para mejorar la imagen que se llevaron los cruceristas de Santa Marta.