Obama y Raúl

Editorial
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Terminada la Cumbre de las Américas quedan muchas reflexiones; a pesar de ser de los que piensan que estas cumbres solo sirven para proyectar personajes como Dania, Panamá 2015, puede redireccionar el rumbo del continente hacia una nueva era, máxime, cuando hay países como Venezuela, Brasil y Argentina, que atraviesan una profunda crisis y, al igual que Cuba, deberán iniciar un nuevo proceso con Estados Unidos para reestructurar sus políticas y salir del hueco en que se encuentran.

Vimos a Cristina Fernández haciéndole ojitos a Obama; Dilma, agobiada por las protestas, ya planea viaje a Washington y a Maduro, solo le faltó arrodillarse para que lo escuchara.

Entonces, no podemos caer en la retórica de que Estados Unidos es el diablo y con ellos no se dialoga, si a los gringos que son potencia no le funcionó bloqueara Cuba, hay ser sensatos y tener sentido común; a los países que tienen por orientación el antiimperialismo también les ha fallado.

Latinoamérica no puede seguir dominada por caudillos de barro que parecen salidos de la vecindad del Chavo (Evo, Ortega, etc), tampoco sumida en el discurso retardatario e incendiario de Fidel, que después retomó Chávez y ahora Maduro.

El país del norte tiene su propia forma de sentir la geopolítica y sus intereses, no somos nosotros quienes le vamos a cambiar su modelo, ya no hay Guerra Fría y menos Cortina de Hierro.
Obama fue preciso en su discurso: "no somos perfectos en ninguno de los temas, pero tratamos de mejorar siempre" y enfático al asegurar que el acercamiento entre su país y Cuba marca un "punto de inflexión" para toda la región; hay que trabajar con ellos, basados en las diferencias y el respeto.

Un personaje clave, es Raúl Castro, lo dijo bien claro:"estamos abiertos a discutir todos los temas" y aunque no abran espacio a la democracia, que no lo van a abrir, tendrán que ceder en algunos temas para que la relación marche armónicamente, sobre todo para el resurgir de la isla y, de paso, tirarle un salvavidas a Venezuela, pero Maduro también tendrá que dar un viraje, a quien entre otras, no le pudo ir peor: Obama se salió del recinto cuando él iba hablar, el cacerolazo de ciudad de Panamá se sintió hasta en Marte; LilianTintori y Mitzy de Ledezma, junto a varios ex presidentes, le armaron una agenda paralela que opacó el show que pretendía montar con las firmas; tal vez sería mejor que mandara a su doble a Venezuela y que él se quedara en Panamá.

Es hora de salir del complejo y el populismo barato, esta no puede ser la agenda que domina la política internacional de un continente con tantas potencialidades, hay que pensar en el desarrollo con alternativas de integración como hacen las economías modernas, que se fortalecen mirando al mundo con alianzas público-privadas e inversión a gran escala; los modelos totalitarios son el pasado, para vivir en una verdadera democracia, es forzoso abrirle espacio a la libertad de expresión y respetar los derechos humanos.

En el medio, queda el presidente Santos, que le prende una vela al diablo y otra a Dios, quiere estar bien con Maduro pero a la vez necesita a Obama para su paz, y siendo equilibrados, ahora es preponderante Estados Unidos, Venezuela ya no incide mucho en el proceso, que llegó a un punto de no retorno y que ojalá se firme algún día.