Comienza hoy la Cumbre de las Américas, en Panamá, después de tantas expectativas y a todo nivel. Desde hace varios días se habla de los encuentros posibles entre mandatarios; de denuncias contra los derechos humanos; de entrega de comunicados por parte de los interesados, situaciones que cesaron ayer con el anuncio de la vicepresidenta panameña, que no habrá declaración oficial de la Cumbre, tal cual sucedió en la reunión pasada en Colombia.
El presidente anfitrión, Juan Carlos Varela, aseguró que no teme a encuentros incómodos de los líderes de Estados Unidos y Venezuela durante la Cumbre de las Américas, porque Panamá es un buen lugar para hablar y resolver las diferencias. Y es que no solamente es el tema de Cuba y Estados Unidos, el que domina por tradición la Cumbre, hasta llegando inclusive a opacar otros contenidos importantes. Ahora ese protagonismo también lo tienen Venezuela y su difícil situación de violación de derechos humanos y la presencia de 22 ex presidentes pidiendo respeto por la diferencias de opiniones en América Latina.
Las tensas relaciones entre Washington y Caracas se centran en el inicio de esta Cumbre. El presidente venezolano Nicolás Maduro ha dicho que entregará a su colega estadounidense Barack Obama la lista con millones de firmas de gente que rechaza las sanciones impuestas por la Casa Blanca y la declaración de que el país sudamericano representa una amenaza a la seguridad de la potencia del norte. El gobierno de Obama, ha contestado en diversas ocasiones esa petición de Venezuela, en caso de concretarse, ya que es factible que por no estar agendado, no suceda.
A pesar de la insistencia del gobierno panameño, sobre la polarización en dos temas durante la Cumbre, lo más seguro es que esto va a suceder. Los medios de comunicación estarán detrás de la llegada del presidente Barack Obama, con su impresionante Air Force One; su Servicio Secreto, que de seguro debe ser más discreto después de lo sucedido en Colombia; el arribo de 'la bestia' el automóvil que sirve para los desplazamientos presidenciales de Obama; la llegada de Castro y Maduro; las declaraciones de Mitzi de Ledezma y Liliam Tintori de López, esposas de los líderes venezolanos encarcelados y la presencia de los ex presidentes, serán los temas que dominarán la Cumbre. Y como no habrá comunicado oficial, cada uno deberá sacar sus propias conclusiones.
Panamá y otros países están preocupados por la situación en Venezuela, tanto el gobierno como la oposición tienen responsabilidad y que las elecciones parlamentarias previstas para finales de este año son la mejor manera de resolver el impasse y que mejor escenarios que aprovechar la Cumbre para hacer presión sobre la terrible situación venezolana.
Los mandatarios de Latinoamérica deben ser conscientes que dirigen países democráticos que defienden los derechos humanos, el derecho de la oposición a participar en elecciones democráticas y que las garantías de los gobiernos en turno y la posición, deben ser claras y cumplirse; es deber de los presidentes asistentes, pronunciarse en esta Cumbre.
No se puede dejar pasar por alto esta oportunidad única, donde los ojos del mundo estarán sobre el país panameño para ver cómo los presidentes reunidos afrontan decisiones tan importantes para la democracia de estos pueblos. Ojalá que estos mandatarios no sean inferiores a las expectativas puestas en la Cumbre.