La falta de tolerancia

Editorial
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Poco a poco se va dando el sitio para que la sociedad colombiana abra espacios a todo tipo de comunidad y respete los derechos más individuales e íntimos de las personas, tal como sucede en las sociedades futuristas y de progreso, en donde se tiene como norma principal respetar a los otros y su condición.

Mucho se ha hablado de la apertura que se debe a las comunidades gais, homosexuales, bisexuales, lesbianas y transexuales, que por años han 'permanecido en el closet' ocultas por miedo al rechazo.

Este comportamiento durante años ha afectado a los miembros de estas comunidades, que han sido llevados al extremo, por la falta de tolerancia de las gentes.

Las autoridades educativas informaron que sancionaron a un colegio que el año pasado supuestamente habría discriminado a un alumno por su condición homosexual lo que, al parecer, lo llevó al suicidio.

La determinación en contra del colegio privado Gimnasio Castillo Campestre fue tomada por la Secretaría de Educación de Cundinamarca, según documento hecho público por esa entidad.

El establecimiento educativo le fue suspendida la licencia de funcionamiento por seis meses y obligado a pagar una multa de 12 630 dólares para el departamento de Cundinamarca.

La Secretaría advirtió que si pasados esos seis meses el colegio reincidía en faltas como la cometida contra Sergio Urrego, de 16 años, se procedería a la cancelación de su licencia.

Al colegio le fue dejada una licencia provisional por ese período para garantizar la continuidad del servicio educativo.

Los familiares de Urrego han declarado que se suicidó tras ser víctima de persecución por su condición de homosexual, cuando el 5 de agosto de 2014 se lanzó de la terraza de un centro comercial bogotano.

Su madre, Alba Reyes, comentó que la sanción al colegio deja en claro que efectivamente su hijo fue inducido al suicidio.

La Fiscalía está investigando a la rectora y la psicóloga del plantel educativo por actos de discriminación, inducción o ayuda al suicidio y falsa denuncia contra persona determinada.

Situaciones como estas deben rechazarse de plano, ya que los colegios y las instituciones educativas son para inculcar en los alumnos el respeto hacia sí mismo y hacia los demás, como norma principal de una buena convivencia.