El ejemplo papal

Editorial
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En esta época de Cuaresma, donde la renovación, conversión y cambio deben primar en el corazón de los creyentes, es esencial tener el ejemplo del papa Francisco, para imitarlo en su comportamiento, sobretodo con aquellas personas vulnerables y de escasos recursos económicos.

El Vaticano y sus políticas han cambiado y el ejemplo comienza por casa. Uno de los ejemplos más fehacientes de este papado es la prioridad con los más desamparados. Primero recibieron sacos para dormir de parte del papa Francisco; luego la oportunidad de bañarse y afeitarse y ahora, los desamparados de Roma tendrán una visita guiada privada a la Capilla Sixtina.

Este recorrido tan exclusivo y casi no permitido, es reservado para ocasiones muy especiales y ahora serán esas personas privilegiadas, las que son tenidas en cuenta para conocer de primera mano toda la maravilla que encierran las paredes del Vaticano.

Hoy la Santa Sede abrirá las puertas de su museo a 150 indigentes. Entrarán al Vaticano por un acceso lateral, caminarán frente al hotel donde vive el Papa y por atrás de la Basílica de San Pedro hasta una entrada interna de los museos vaticanos.

Observarán algunas galerías de camino a la obra maestra de Miguel Ángel, que se cerrará al público general más temprano. Después de la visita, el grupo está invitado a cenar, para concluir un día muy especial.

La visita es organizada por monseñor Konrad Krajewski, el limosnero papal, encargado de incrementar la atención a las personas más necesitadas de Roma y está demostrando cual es la preferencia de Francisco, quien sorpresivamente pronosticó que no va a ser Papa por mucho tiempo.

Los católicos en el mundo y los jerarcas de las otras iglesias quedaron expectantes ante el anuncio papal quien en una entrevista a la cadena mexicana Televisa, dijo: "Tengo la sensación de que mi pontificado será breve.... Cuatro o cinco años, no lo sé, o dos o tres. Bueno, ya han pasado dos".

Francisco había dicho previamente que creía que sería Papa durante dos o tres años y que el precedente sentado por la renuncia del Papa emérito Benedicto XVI no debía considerarse excepcional.
Ya todos están acomodados a la forma de ser tan especial de Francisco.

Para nadie es un secreto que no le disgusta ser Papa pero que lo que más añoraba era su libertad; tanto así, que lo único que le gustaría hacer es poder salir un día sin que nadie lo reconozca y comer una pizza.

Otra noticia sorpresiva del Sumo Pontífice Francisco fue anunciar el año jubilar especial a partir del 8 de diciembre para concentrar la Iglesia en el perdón y la misericordia. Es apenas la 27ma vez en la historia de la iglesia Católica que se proclama un Año Santo. El anterior fue convocado por Juan Pablo II en 2000 para celebrar el comienzo del tercer milenio.

Los años santos permiten a los creyentes recibir indulgencias especiales, modos de reparar el daño de los pecados más allá de la absolución concedida por la confesión. El año comienza con la apertura simbólica de la Puerta Sacra en la Basílica de San Pedro.

En su homilía, Francisco afirmó que la iglesia debe mantener siempre sus puertas abiertas para no excluir a nadie de la misericordia divina.