El paro nacional

Editorial
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El panorama nacional está bien complicado hoy, con los paros anunciados y programados por parte de un sector de la fuerza productiva y sindical del país. La Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT, está liderando una conjunción de todo el movimiento estatal en contra de las políticas públicas del presidente Juan Manuel Santos, ya que considera que se vislumbran cuatro años de medidas regresivas.

Hoy será único en Colombia, por el rechazo al Gobierno Nacional y por su política que adelanta contra la clase trabajadores del país, que marchará por las calles en protesta por el Plan Nacional de Desarrollo, que se convirtió en la piedra en el zapato para los trabajadores estatales colombianos que ven como su articulado los arrincona, según ellos, hacia la privatización, los despidos y la violación flagrante a derechos adquiridos.

Las organizaciones estatales agrupadas en la CUT, como Fecode, Sintraunicol, la USO y Anthoc marchan para protestar por el recorte de más de un billón de pesos del presupuesto de la nación, con lo que se imposibilita alcanzar las metas de un aumento salarial digno, el incremento de la planta docente y, en general, los puntos de los pliegos presentados el pasado 26 de abril por Fecode y los estatales; amén de que el presidente Santos se ha cansado de anunciar que Colombia será una nación más educada en cuatro años, a pesar de ese recorte económico tan importante para la inversión de la educación en Colombia.

Más que la unión por una jornada de protesta, esta alianza indica una conjunción del movimiento estatal en contra de las políticas públicas del gobierno; son estas, cuatro de las federaciones más fuertes y grandes del sector oficial y unidas al paro de camioneros que lleva un tiempo, desestabiliza el diario transcurrir de los colombianos y afecta notablemente los procesos en los renglones donde habrá cese de actividades.

La perspectiva evidencia que hay una agitación en el movimiento nacional estatal por las medidas que se viene anunciando como los despidos de más de 10.000 trabajadores del sector del petróleo y la amenaza con despedidos en el sector eléctrico y en el de la salud. Los sindicalistas están moviendo sus bases para protestar, no solo por el rechazo a un documento; sino, al rechazo total y firme a una política de Estado que desconoce las necesidades de la población.


Por su parte el paro de camioneros siguen adelante porque según ellos consideran que la reacción arbitraria, injusta y agresiva de la Fuerza Pública que golpeó, lesionó y capturó a transportadores que permanecían en diferentes sitios de concentración, ha sido la mejor forma de manejar este conflicto.

Ellos aducen que si el Gobierno Nacional pretende que la protesta pacífica se convierta en una batalla, los camioneros colombianos responderán en la medida en que el gobierno los ataque.

Hay que recordar que los camioneros demandan una rebaja en el precio de los combustibles y las tarifas de los peajes. Por su parte el gobierno ofreció una recompensa de hasta de 20 millones de pesos para quienes entreguen información que permita ubicar a los responsables de las amenazas a los camioneros, de bloqueos en las carreteras y de ataques a los vehículos que no participan de la huelga que ya lleva 22 días, que deja cuantiosas pérdidas económicas ya que gremios empresariales han calculado que el paro deja diariamente pérdidas por no menos de 6.000 millones de pesos (un poco más de 2,2 millones de dólares).