Una verdadera pesadilla

Editorial
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Al tenso clima que se vive en Venezuela, después de la muerte del líder opositor Rodolfo González en una de las cárceles de ese país y preso desde al año pasado, ahora al país hermano le toca enfrentar las elecciones parlamentarias de vital importancia para la democracia venezolana.

Lo más triste de esta situación es que el presidente Nicolás Maduro no se ha molestado en insistir ante el órgano respectivo para la convocatoria de las mismas.

¿Será que tiene miedo de enfrentar a la voluntad popular? Que si es cierto, y después de un serio sondeo entre los venezolanos, es que las próximas elecciones legislativas se muestran desde ya como una verdadera pesadilla para Maduro, despacho ministerial y sobre los candidatos que deben salir a defender la bandera del chavismo, en un país ahogado precisamente por los lineamentos de este movimiento ideológico.

Después de casi veinte años de gobierno, los chavistas van perdiendo poco a poco adeptos en su territorio y en las naciones que ellos apoyan con sus inversiones sociales y económicas, gracias al petróleo venezolano, que por estos días, presenta una significativa caída que ha ido mermando la voluntad del pueblo venezolano.

Como consecuencia de su desgobierno, la economía de una de las naciones con más recursos naturales y ricas del hemisferio se deshace a pedazos; los venezolanos ven como su bolsillo familiar es cada día peor y lo más triste aún, no vislumbran una salida pronto al infierno que viven en la actualidad.

Es muy difícil engañar al pueblo, ya que las cifras no se pueden maquillar y menos la verdadera situación de abandono y pobreza que tiene a los venezolanos en dos orillas diferentes.

El chavismo ha dejado como herencia una pobreza más extrema de la que se vivía antes de llegar al poder el fallecido presidente Chávez, trayendo consigo una violenta corrupción en las más altas esferas, que no se puede ocultar, por más interés que tenga el gobierno venezolano.

Muchas han sido las denuncias que se han conocido últimamente como la de la Banca Privada de Andorra, adonde los personeros del Gobierno se han ido a lavar dinero a través de la estatal Petróleos de Venezuela, Pdvsa. ¿Quién la maneja? Pues el personal de más confianza de Maduro, ya que es la 'joya de la corona de Venezuela'.

Para todo es sabido que los candidatos que imponga Maduro no gozan en su mayoría de la aceptación del pueblo venezolano, mostrando una disminución significativa en la intención de voto. De acuerdo con los sondeos que se registran el 2,5% de los venezolanos habilitados para sufragar aseguró que elegiría a los candidatos de las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela, Psuv.

Lo que tiene en aprietos al gobierno oficialista son las otras cifras; el 59,6% de los encuestados aseguró que apoyará a los candidatos que presente la coalición opositora para las parlamentarias.

Este porcentaje bastante indicador demuestra que el oficialismo puede recibir una paliza en la votación, que seguramente dará un giro bastante significativo en la democracia venezolana. Y ojalá esa transición sea en paz.