El atraso en la educación de los niños guajiros

Editorial
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El atraso y el desarrollo de las regiones no solo se deben a la falta de sentido de pertenencia con su ciudad, sino más bien al ausentismo de una autoridad legítimamente constituida, que de verdad trabaje por los intereses de sus coterráneos.

La grave denuncia hecha por el Obispo de la Diócesis de Riohacha, Monseñor Héctor Salah Zuleta, acerca de la negligencia departamental para darle cobertura educativa a más de 15 mil niños y niñas, puso en evidencia las falencias de una administración departamental que se distingue más bien por su talante violatorio y discriminatorio en momentos de garantizar un derecho legalmente constituido y sagrado para cualquier nación del mundo, como es el derecho a la educación.

Según el Obispo, la situación con la educación en La Guajira siempre es lo mismo, porque miles de niños inician el año escolar en mayo, perdiendo varios meses de clases, como si en esta región hubiera estudiantes de primera y segunda clase; y no es para menos, ya que al denunciar tal cantidad de niños y niñas sin clases, dice mucho de esta administración departamental que ha sido negligente para cumplirle a los guajiros.

En la denuncia hecha por Monseñor Salah Zuleta muy bien expresa que se trata de colegios públicos, y dichas sedes les pertenecen a la Iglesia; pero, para que comiencen labores, los entes territoriales deben firmar un contrato en el que destinan los recursos para su funcionamiento y eso hasta ahora no se ha dado, situación que ha sido repetitiva en La Guajira y esta administración departamental no ha sido capaz de cambiar.

Qué tristeza. ¿En dónde están invertidos los recursos de la nación en La Guajira? Igualmente nos preguntamos ¿dónde están invertidos los recursos de las regalías? Y lo peor, una nación que aspira a ser la más educada en los próximo años, como es posible que no 'abra el ojo' a lo que está pasando en La Guajira?

El tiempo corre rápidamente. Ya muy pronto se deben entregar el primer reporte del año y los niños en La Guajira, ni siquiera han entrado a clases.

¿Cómo es posible que a estas alturas del año, cuando ya llevamos tres meses cumplidos en el calendario escolar, siga sin solución esta situación? Hasta ahora el gobernador Ballesteros y la secretaria del ramo, Gnecco Teherán, no han respondido las inquietudes de Monseñor y del pueblo guajiro, que está a la espera de una salida adecuada a esta problemática.

Si el gobernador de La Guajira, y su Secretaria de Educación no son capaces de garantizar este derecho fundamental a los niños y niñas de La Guajira, entonces, quién podrá solucionar esa ausencia de docentes en las aulas?

La situación seguirá igual, La Guajira no avanzará y las autoridades de turno, no harán mayor esfuerzo porque no tienen interés en brindar una mano amiga a un pueblo tan necesitado de obras, progreso y desarrollo.