El Carnaval es una celebración con fecha variable (entre febrero y marzo según el año), y que combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. Por extensión se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol. En la noche del Carnaval todo vale y dice la leyenda que por eso se ponen máscaras.
La Región Caribe, especialmente en los departamentos del Magdalena, La Guajira y Atlántico, se vive y se goza esta fiesta de máscaras y disfraces en honor a los dioses Momo, Baco y Arlequín, siendo Santa Marta en donde nació esta fiesta carnestoléndica proyectándose posteriormente a las ciudades de Barranquilla y Riohacha.
El Carnaval está asociado principalmente con los países de tradición católica, y en menor medida con los cristianos ortodoxos orientales; las culturas protestantes usualmente no celebran esta fiesta o tienen tradiciones modificadas, como el Carnaval danés.
La celebración del Carnaval más grande del mundo es la de Río de Janeiro; y la mayor agrupación carnavalesca, comparsa, Galo da Madrugada de la ciudad de Recife, sitio de otro Carnaval muy importante. Otros carnavales internacionalmente famosos son los de Santa Cruz de Tenerife; Las Palmas de Gran Canaria y Cádiz en España; Colonia en Alemania; Oruro en Bolivia; Venecia en Italia; Carnaval de Barranquilla y el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto en Colombia; Veracruz y Mazatlán en México y los más largos son el Carnaval de Montevideo, Uruguay, que se extiende por 41 días y los de Gualeguay y Gualeguaychú en Entre Ríos, Argentina, ya que duran desde el primer fin de semana de enero hasta el primer fin de de semana de marzo.
Los samarios, como fundadores de esta fiesta de gozo y parranda, debemos volver a la antigua tradición y nuestra ciudad tenga una reina que presida la fiesta, para mejor goce, disfrute y organización de esta costumbre.
Después de habernos dejado quitar esta bella práctica de fiesta y jolgorio, estamos reviviendo ahora las tradiciones culturales de nuestro pueblo y antepasados, con las fiestas y parrandas organizadas en los barrios Pescaíto y Mamatoco, en donde la gente baila bajo la protección de San Agatón hasta que el cuerpo aguante y no reviente.
Indudablemente tenemos que resaltar la loable labor que cumple las fundaciones culturales de Fundapescaíto, que nació en el año 2004 bajo la dirección de Alaín Manjarrés Padilla, en busca del rescate de las fiestas del Carnaval en Santa Marta y actualmente bajo la dirección de Rafael Múñoz; la Fundación Pescaíto Dorado, creada el 28 de abril del 2010, siendo su presidente también el docente Alaín Manjarrés Padilla y que trabaja con la intención de incentivar el conocimiento, la destreza y el afecto por las manifestaciones, costumbres folclóricas, artísticas, científicas, o cualquier otra actividad, que merezca darse a conocer a las futuras generaciones para que sirvan de guía o información, o sea para la formación de niños, niñas y adolescentes y la Fundación Carnaval de Pescaíto, Funcarpés, cuyo presidente es César Gómez Vizcaíno, y es una institución amplia, sin ánimo de lucro, cuyo objetivo general es el rescate, la preservación, el fortalecimiento y la proyección de los valores culturales, sociales, cívicos y deportivos del barrio Pescaíto de Santa Marta, y en especial de sus carnavales, desde el año 2006, quienes en estos años han trabajado duro para rescatar esta tradición samaria y lo han hecho con lujo de detalle.
Pero es hora que Santa Marta tenga una reina, cabeza visible de esta tradición cultural y deben ser precisamente estas fundaciones que han trabajado incansables por el rescate del Carnaval, las que designen a la soberana de los samarios, que debe estar dotada de una alegría incansable y del dominio de los bailes de nuestro pueblo y costumbres para que la gozadera sea completa.