La economía de guerra de Venezuela

Editorial
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Venezuela es un caos y todos lo reconocen menos el presidente Nicolás Maduro y sus amigos, que piensan que entre más problemas y dificultades pase el pueblo venezolano, ellos mismos se olvidarán de las protestas e inconformismos que ha generado el esquema de gobierno del fallecido Hugo Chávez, y que ahora sigue al pie de la letra el presidente Maduro.

"En Venezuela no hay una guerra económica, hay una economía de guerra, que lo sepa el mundo".

Fue la declaración de Henrique Capriles quien, con este juego de palabras, describe la situación límite que están viviendo los venezolanos.

Ya nadie duda de que, a día de hoy, Venezuela es una olla a presión en la que los ciudadanos se encuentran asfixiados por la pérdida de rumbo político por un lado y por la falta de horizonte en lo que se refiere a la más mínima subsistencia.

A lo anterior hay que sumarle la marcha de 'las ollas vacías' realizada el pasado sábado, que convocó gran cantidad de venezolanos inconformes que crítican la fuga de capital para otros países como Ecuador, Cuba y Bolivia, mientras que los mismos venezolanos carecen de los alimentos más esenciales de la canasta familiar.

Cuando menos lo crea el presidente Maduro, va a tener que volver a salir corriendo del país y esta vez no en busca de ayuda o socorro para los venezolanos, sino en ayuda de su propia vida.

La caída del petróleo y el desabastecimiento plasmado en un país que se ha convertido en una cola eterna, son la evidencia más clara de que algo tiene que cambiar en el país más pronto que tarde. Y no se trata de alimentar el fuego del golpismo o de poner un altavoz al ruido de sables.

El descontento no es patrimonio de un sector de la población o de un grupo de opositores. Es hora que todos los dirigentes nacionales se unan en el sentir del pueblo venezolano.

Como demuestran las encuestas, casi nadie está contento con la gestión que de la rampante crisis está haciendo Nicolás Maduro.

En el plan internacional Venezuela es el foco de atracción por los momentos tan difíciles que vive.

En medio de este desgobierno, Capriles destacaba la fase terminal del proyecto chavista mientras María Corina Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma hicieron un llamamiento mediante un comunicado a todas las fuerzas democráticas a construir juntos, dentro del mayor espíritu de unidad nacional y actuando estrictamente apegados a la Constitución nacional, una alternativa que saque al país del rumbo de colapso en que la incompetencia, la corrupción y el dogmatismo ideológico de un fracasado modelo extranjero lo han colocado.

En estos momentos se debe actuar con calma y cautela pero con contundencia para sacar adelante las necesidades del pueblo venezolano.

Es la hora de la unidad de los demócratas frente a los que han devaluado el concepto de democracia haciendo un uso fraudulento e ilegítimo del significado de tan preciada palabra.