Un compromiso mundial

Editorial
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El cambio climático y la pobreza fueron los temas centrales del Foro Económico Mundial de Davos, donde los gobernantes asistentes emprendieron una campaña seria a favor de acuerdos globales que contribuyan simultáneamente a enfriar el planeta y reducir el sufrimiento de millones de personas. Eso espera el mundo entero, ante las dificultades que se presentan por la falta de voluntad y políticas que rijan en la nacio0nes industrializadas, que tienen el futuro en sus manos.

El presidente francés Francois Hollande, el mandatario ruandés Paul Kagame y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, figuraron entre las personalidades influyentes que solicitaron con urgencia apoyo para el logro de ambos objetivos, en el Foro en donde los líderes mundiales deben coordinar mejor sus esfuerzos si desean enfrentar efectivamente los riesgos que representan el terrorismo, los conflictos mundiales y la volatilidad económica.

Holande, Kagame y Ban advirtieron que el planeta excederá su temperatura y muchos niños sufrirán si no se alcanzan este año los acuerdos, que podrían ayudar a evitar un desastre a nivel mundial y evitar que las futuras generaciones juzguen con severidad a los líderes mundiales, en caso de un fracaso.

Una roda de crucial importancia fueron las conversaciones sobre el clima, donde los mismos líderes solicitaron gran inversión en tecnología verde para combatir la pobreza y el calentamiento global y en ellas se pretende establecer un pacto climático obligatorio a fin de reducir aún más las emisiones de carbono a partir de 2020, lo que contribuiría sin lugar a dudas en un reducción importante de los altos niveles de contaminación mundial.

Es importante que los líderes mundiales de 190 países se convenzan de dejar de lado las diferencias sobre la principal responsabilidad histórica de los niveles de emisiones de efecto invernadero y sobre quién debe pagar para concretar un acuerdo obligatorio que limite las emisiones industriales de dióxido de carbono y otros gases que retienen el calor.

La primera ronda de los objetivos de desarrollo de la ONU aprobados en 2000 han reducido considerablemente la pobreza global, en tanto que el organismo mundial ha encabezado la campaña para la adopción de medidas tendentes a combatir el cambio climático y todo depende del avance en dejar a un lado el estancamiento político para alentar el aumento de la cooperación entre los gobiernos, las empresas y la gente.

Es importante tener en cuenta que no se está decidiendo entre la protección ambiental y el desarrollo económico; sino más bien ver cómo combinar ambas coyunturas, para beneficio de todos.

La mitad de la deforestación en el mundo está vinculada con el hambre, una de las razones del por qué el cambio climático y la reducción de la pobreza son caras distintas de la misma moneda, y debe tener en cuenta que la caída de los precios del petróleo supone una oportunidad única para invertir en tecnologías nuevas y más limpias.

Necesitamos tecnología competitiva; que sea barata y se puede pensar que la energía verde es la energía barata; además las tecnologías más limpias podrían contribuir a impulsar el crecimiento económico en al menos 1,8 billones de dólares.